Prefectura Nacional clausuró una fiesta clandestina dentro de la casa del youtuber uruguayo en el country San Marco, en Escobar. Se secuestraron 24 celulares, 5 notebooks, más de 13.000 dólares, cheques y 65 gramos de cogollos de marihuana.
La vida del yuotuber Yao Cabrera no es una de las más tranquilas ya que siempre está envuelto en polémicas: esta semana no fue la excepción por la cual fue noticia. El lunes trascendieron unas escenas donde fingió su muerte, y el miércoles la Prefectura Nacional desbarató una fiesta clandestina dentro de la casa del uruguayo en el country San Marco, en Escobar.
Cabrera y otros 32 jóvenes, entre lo que se encontraban menores de edad, fueron detenidos y trasladados a una dependencia policial acusados de violar el aislamiento preventivo por la pandemia de coronavirus.
Según señalaron fuentes del caso, durante los allanamientos, los efectivos secuestraron 24 celulares, 5 notebooks, más de 13.000 dólares, cheques y 65 gramos de cogollos de marihuana.
La causa por violación al artículo 205 es llevada adelante por el Juzgado Federal de Campana, donde ya hay otra investigación contra el youtuber por el mismo delito. En octubre, también hizo una fiesta y fue denunciado por el intendente de Escobar Ariel Sujarchuk. Frente a estas situaciones, el uruguayo podría ser deportado.
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Sin embargo, esta no es la única polémica que atraviesa el joven de 23 años. Celeste Núñez, la dueña de la casa del country que alquila Cabrera lo acusa de deber $1,2 millones de expensas y que hace dos meses que no paga el alquiler ni los servicios. “La respuesta es que no tienen a donde ir”, explicó la mujer en declaraciones televisivas. Además, lo denunció judicialmente por “usurpación”.
Pese a estas denuncias en su contra, el abogado del youtuber, Alejandro Cipolla negó que su defendido deba esa suma. “No adeuda un millón doscientos mil pesos de alquiler. Eso es falso. Estamos en un intercambio de cartas documento porque el consorcio le impuso multas que no pueden ser”, aclaró y agregó: “Todo el mundo lo quiere echar”.
