La Fiscalía General de San Isidro ya cuenta con los dos dispositivos que tenía el astro. Además, fueron imputados el psicólogo Carlos Díaz y los enfermeros Ricardo Omar Almirón y Gisella Madrid.
En la investigación por la muerte de Diego Maradona, la Fiscalía General de San Isidro peritará los dos celulares que tenía el astro futbolístico para intenta dar con las últimas conversaciones del “Diez” antes de su muerte.
Los fiscales ya tienen los dispositivos encontrados en la habitación del exfutbolista y esperan la confirmación de peritos y analistas para realizar la extracción forense de sus contenidos, y empezar con al análisis.
Los investigadores buscan saber si Diego estaba preocupado por su salud, si pedía ayuda o si realizaba reclamos sobre su entorno.
Nuevas imputaciones
También se decidió imputar al psicólogo de Maradona, Carlos Díaz, y a dos enfermeros. Los tres nuevos imputados se suman al neurocirujano Leopoldo Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov, todos bajo la calificación de presunto “homicidio culposo por negligencia u omisión”.
Con respecto al psicólogo Díaz puntualmente, si bien la imputación es la misma que la del resto, para los fiscales su participación en el cuidado de la salud de Maradona fue preponderante. Según reveló uno de los investigadores judiciales a Télam, “del análisis de la mensajería instantánea surge que tenía un papel preponderante en las decisiones que se tomaban a nivel médico”.
Mientras que la imputación a los enfermeros, está vinculada a que, para los fiscales, como profesionales de la salud que estuvieron en contacto con el exfutbolista en las últimas horas de su vida podrían haber advertido el cuadro que condujo a su deceso si quizá lo hubieran controlado de manera más rigurosa.
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Ricardo Omar Almirón ya había declarado pero como testigo y había dicho que antes de retirarse a las 6 de la mañana, ingresó a la habitación y notó que Maradona respiraba. Por su parte, Gisella Madrid, quien el 25 de noviembre relevó a Almirón y estaba presente al momento de la muerte de Maradona, es la enfermera que al declarar ante los fiscales en dos oportunidades reconoció que, una vez conocido el deceso del astro del fútbol, su coordinador le ordenó que redactara un informe falso en el que dejara asentado que ella le había hecho los controles, cuando en realidad esa mañana nunca ingresó a la habitación del extécnico de la Selección Argentina para “dejarlo dormir” y porque el ídolo se había peleado con ella y no la dejaba entrar.
Los fiscales dispusieron que los tres quedaran relevados del juramento de decir verdad, ya que comenzaran a ser investigados como imputados, y fijaron audiencia para que el viernes 12 se presenten en la Fiscalía General de San Isidro para labrar el acta correspondiente y designar abogados.
