Julio Castro fue acusado por once víctimas con hechos que datan desde 1995. Ya había sido condenado a 6 años y 6 meses en 2019 por abuso sexual: nunca fue preso.
El Tribunal de Enjuiciamiento del Ministerio Público Fiscal destituyó al fiscal Julio César Castro por acoso laboral y sexual, maltrato y abuso de poder en el ámbito judicial.
La remoción del fiscal fue dispuesta por el mal desempeño de sus funciones, en el marco de una serie de denuncias de acoso laboral y sexual, malos tratos y abuso de poder en ejercicio de su cargo.
La investigación contra Castro empezó tras una denuncia original formulada por una exempleada.
En la lectura del veredicto, se habló de “numerosos hechos de suma gravedad dirigidos a lo largo del tiempo caracterizados por ensañamiento con mujeres y dependientes” marcados por la “falta de consciencia de género y respeto a los demás” que “configuraron un ejercicio abusivo de su poder” y que “distan de lo que la sociedad espera de un magistrado”.
La destitución fue coincidente con el alegato de los fiscales federales acusadores Federico Reynares Solari e Indiana Garzón, que pidieron que Castro fuera removido.
A lo largo del proceso, el fiscal “insistió en su inocencia y culpó a circunstancias externas sin un atisbo de arrepentimiento, no existieron pedido de disculpa a quienes fueron victimas”.
También se ordenaron reparaciones particulares a las víctimas.
Castro, exjefe de la Unidad Fiscal especializada en Delitos Sexuales, en noviembre de 2019 había sido condenado a 6 años y medio por abusar de su expareja, pero apeló la sentencia y se encuentra en Casación.
Los fiscales a cargo de la acusación en el jury habían pedido la remoción del cargo del fiscal, acusado de ser responsable de una serie de episodios de acoso y abuso sexual y maltrato laboral a sus empleados y empleadas.