Según informó la Sociedad Argentina de Pediatría, crecieron las consultas por afecciones físicas y psicológicas sin origen orgánico específico y que pueden ser vinculadas al aislamiento y los cambios generados en la rutina de los chicos durante la cuarentena.
La Sociedad Argentina de Pediatría alertó sobre de aumento de los “trastornos funcionales” que padecen los niños y adolescentes a causa del aislamiento a causa de la pandemia.
La Sociedad informó que en este tiempo, crecieron las consultas por afecciones físicas y psicológicas sin origen orgánico específico y que pueden ser vinculadas al aislamiento y los cambios generados en la rutina de los chicos durante la cuarentena.
Estos síntomas están vinculados con los cambios en la vida cotidiana, pérdida de las rutinas, la escolaridad desde el hogar y la restricción de los encuentros presenciales, que se suman a las personas adultas que muchas veces están sobrecargadas de tareas o preocupaciones.
Los médicos señalaron que la intensidad de la virtualidad y el encuentro cercano con los contagios por Covid-19, genera un impacto en el estado emocional que sufren los niños.
Los síntomas
* Recurrente pequeños con dolores abdominales
* Cefaleas
* Dolor en miembros inferiores, en la zona del tórax, entre otras que, sin tener un origen orgánico específico, aparecen y desaparecen como respuesta del organismo ante situaciones crónicas de estrés
Consejos para padres: Cómo ayudar a los chicos
Desde la SAP recomendaron a los padres y allegados acompañar y sostener al niño en este marco de pandemia. Por otra parte, también recomienda recurrir al pediatra de confianza, dar lugar a la escucha, hablar sobre las emociones, limitar el uso de pantallas, promover el juego, las actividades físicas deportivas y recreativas.
Estimular los espacios de diálogo y el tiempo compartido con el grupo familiar. Reforzar la autoestima, tener cuidado con las críticas de desvalorización y con las conductas rígidas en la crianza y evitar la sobreprotección que lleva a la dependencia, promoviendo, la autonomía progresiva del niño, niña o adolescente.
“Cuando las situaciones de estrés no pueden ser verbalizadas suelen expresarse con síntomas como dolor, sin una lesión orgánica demostrable. A esto se le llama ‘síntomas funcionales’. Cuando son intensos y afectan la actividad diaria (como comer, dormir, jugar o aprender) se convierten en trastornos y suelen motivar la consulta médica. Algunas familias presentan una mayor tendencia a tener síntomas funcionales”, explicó Juan Pablo Mouesca, médico pediatra, psiquiatra infanto-juvenil, miembro de la SAP.
La médica especialista en niñez y adolescencia Ángela Nakab agregó que “en los niños, niñas y adolescentes, se observan las llamadas quejas somáticas o síntomas funcionales, que es la forma en que el cuerpo expresa lo que se siente. Los chicos tienen inmadurez de su aparato psíquico, están en etapa de continuo desarrollo y viven cotidianamente exigencias, retos y necesidades”.
“Ante situaciones de estrés utilizan sus recursos para afrontarlas, siempre apoyados en el sostén de sus figuras de apego y es importante la contención de los padres y pediatras y que estén atentos y puedan observar esas manifestaciones y ofrecer apoyo para resolverlas”, sostuvo.
El aislamiento y la necesidad de permanecer muchas horas en los hogares hay incrementado los conflictos intrafamiliares y en muchos casos la convivencia de la familia ampliada, lo que redunda para los niños en dificultades en el aprendizaje y conflictos en las relaciones con sus pares y son los desencadenantes de los trastornos funcionales.
En otros casos, se ha detectado maltrato infantil, violencia de género de la cual los niños son testigos, además de abuso sexual, que la SAP consideró se incrementaron con la pandemia.