El animal fue encontrado en la escena de crimen y repetía esa frase, en lo que se cree fue el último ruego de la víctima, Elizabeth Alejandra Toledo. Dos hombres serán juzgados por “abuso sexual agravado y homicidio agravado por el vínculo y por mediar violencia de género”. Uno de los imputados quedó incriminado por una mordida en el brazo de la víctima.
Dos hombres serán juzgados a partir de hoy, acusados de violar y asesinar a la mujer con la que convivían en 2018 en el partido bonaerense de San Fernando, en un femicidio que tuvo como particularidad que una mordida y un loro, encontrado en la escena del crimen, fueron la clave para llevar a cabo el juicio.
El hecho ocurrió durante la madrugada del 30 de diciembre de 2018 en una casa del barrio Presidente Perón, en Virreyes Oeste. Los dos acusados, Miguel Saturnino Rolón, alias “Mambo”, y Jorge Raúl Álvarez, alias “Tío Jorge”, llegarán al debate acusados de violar y asesinar a Elizabeth Alejandra Toledo, una mujer con retraso madurativo.
Ambos serán juzgados por “abuso sexual agravado y homicidio agravado por el vínculo y por mediar violencia de género (femicidio)”, delitos que prevén prisión perpetua.
Por un lado, uno de los imputados quedó incriminado por una mordida en el brazo de la víctima. La otra pieza determinante con la que contó la investigación fue la aparición de un inesperado testigo: la mascota de la mujer asesinada, a la cual encontraron en la escena del crimen repitiendo: “¡Ay, por favor soltame!”.
Toledo apareció asesinada en una habitación de madera tipo altillo que alquilaba: su cuerpo estaba desnudo, tirado boca arriba sobre uno de los colchones que había en el piso, en medio de un gran desorden y con la cara visiblemente golpeada.
Según detalló Télam, la fiscal Bibiana Santella menciona en su requerimiento de elevación a juicio, que mientras la escena del crimen era custodiada a la espera de la llegada de peritos, un efectivo de la comisaría de Virreyes Oeste escuchó gritos desde el interior y al revisar encontró un loro en una jaula que decía “¡ay, por favor soltame, ay no!”, frase que los investigadores creen que pudo ser lo último que dijo la víctima antes de terminar asesinada.
La autopsia determinó que Toledo había sido violada, que le habían dado una paliza y que la causa de muerte fue un estrangulamiento manual. Además, los forenses encontraron en el antebrazo derecho de la víctima marcas de mordeduras que fueron catalogadas como lesiones defensivas y terminaron siendo clave para esclarecer el asesinato.