Esta semana ha estado marcada por muchos eventos y hay uno en particular que me gustaría poder poner la lupa.
Se disputaba el segundo punto del quinto game, correspondiente al cuarto set del partido entre Alexander Zverev y Jannik Sinner por lo octavos de final del US Open, cuando el tenis alemán frenó su saque y acudió de inmediato al juez de silla. La trasmisión oficial captó el momento donde el tenista, muy enojado, dice: “Acaba de decir la frase de Hitler más famosa que hay en el mundo. Esto es inaceptable, es increíble”.
Según se pudo escuchar, el hombre había dicho “Alemania, por encima de todo”, antes de un servicio del alemán. Cuando terminó el partido, el jugador de tenis explicó: “Empezó a cantar el himno de Hitler. Fue demasiado. Como alemán, no estoy orgulloso de esta historia y no considero correcto hacer esto. Si yo no hubiera reaccionado, hubiera estado mal de mi parte”.
¿Por qué estoy hablando de la reacción de Zverev? Estoy hablando de una frase de odio, que sin duda incita a una polémica que ya está sellada, porque algo parecido, me da la sensación, que pasó con la convocatoria en la Legislatura porteña que hizo la candidata a vicepresidenta por La Libertad Avanza, Victoria Villaruel.
Villaruel es una abogada que incita a la polémica por su visión sobre los hechos de la última dictadura militar. Militó en memoria completa y además, la actual diputada también integró la agrupación Jóvenes por la Verdad que organizaba visitas al exdictador Jorge Rafael Videla mientras estaba con arresto domiciliario.
Nadie está poniendo un manto de piedad a la actuación del terrorismo, pero justificar lo que fue la actuación de la Dictadura Militar y el Terrorismo de Estado como una respuesta al terrorismo sería de una torpeza cívica y moral extrema. En nuestro país, esta polémica ya pasó y de pronto ahora, volvemos a hablar de temas que creíamos que ya estaban saldados.