Ricardo Russo está acusado de producción, tenencia y distribución de material pedófilo. Fue trasladado a la cárcel de Ezeiza y reforzaron los controles para que no tenga contacto con celulares y computadoras.
Tras la detención del pediatra, jefe del inmunología y reumatología del Hospital Garahan Ricardo Russo acusado de producción, tenencia y distribución de pornografía infantil declaró ante la Justicia.
El pediatra aseguró que bajaba música y películas “bizarras” de Internet para compartir con su familia. La descarga lo hacía a través la plataforma P2P de eMule, un sistema utilizado para compartir archivos que se hizo muy popular en la década pasada.
Sin embargo, los peritos que revisaron las computadoras y notebooks secuestradas a Russo indicaron que “no hay un solo nombre de película de las más de 800 que había bajado”.
De acuerdo al informe que realizó la jueza penal, contravencional y de faltas porteña María Laura Martínez Vega y reveló el diario Perfil, se explicó que “Russo pretendió generar convicción acerca de que, en su condición de cinéfilo y apasionado de las películas que se definieron como ‘bizarras’ descargaba archivos de videos de manera masiva, que previamente buscaba utilizando ciertos patrones de búsqueda, que le impedían tener un acabado control de aquello que finalmente se descargaba”
Por último, la jueza subrayó que durante el allanamiento que hicieron en el domicilio del sospechoso estaba en compañía de un amigo que vio cuando Russo se mostró arrepentido y reconoció que “había cometido algunas digresiones”.
El miércoles pasado, el médico fue detenido en la playa de estacionamiento del hospital pediátrico por la investigación «Luz de Infancia III», iniciada en Estados Unidos. Se trata de un caso de una red pedofilia en la web profunda con ramificaciones en Brasil y la Argentina. Dos días después, la jueza María Alejandra Doti dictó su prisión preventiva por «tenencia con fines de distribución, facilitación, distribución y producción de pornografía infantil».
Ruso, detenido:
El pediatra que fue trasladado a la cárcel de Ezeiza, tendrá prohibidas las visitas y las comunicaciones con aparatos tecnológicos, como “celulares y computadoras”, dispuso la jueza María Laura Martínez.
“Debiéndose notificar a las autoridades penitenciarias pertinentes que esta prisión preventiva decretada conlleva la expresa prohibición del acercamiento y utilización por parte del acusado de computadoras o teléfonos denominados ‘smartphones’, como así tampoco a cualquier tipo de dispositivo vinculado con la transmisión de información digital o analógica”, exigió la magistrada. En tanto, las comunicaciones telefónicas serán monitoreadas por personal penitenciario.