Serán las intermediarias entre pacientes que padecen epilepsia refractaria y el producto extranjero; lo harán con receta médica y un poder especial del enfermo.
Las farmacias bonaerenses podrán empezar a otorgar el aceite de cannabis a pacientes con epilepsia refractaria o resistente a los tratamientos disponibles que cuenten con la indicación médica de uso del producto.
La primera prueba piloto se dio en Bahía Blanca la semana pasada con la iniciativa del Colegio de Farmacéuticos de la Provincia de Buenos Aires, donde se le facilita un trámite nada simple ni rápido a los pacientes o sus familiares y se garantiza que el producto contenga lo que indica la etiqueta.
De esta manera, por medio de un poder que cederá el paciente o su representante y la receta correspondiente, los farmacéuticos iniciarán el trámite para la importación del aceite de cáñamo por medio de un permiso especial que expide la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) para uso compasivo, que es cuando faltan opciones terapéuticas en el país.
“No es venta, sino la dispensa del aceite de cannabis solo para el tratamiento de la epilepsia refractaria, con receta médica y de acuerdo con la normativa aprobada por la Anmat para la importación del producto”, explicó la presidenta de la institución que agrupa a los profesionales de 4479 farmacias en territorio bonaerense María Isabel Reinoso.
Desde el Programa Nacional para el Estudio y la Investigación del Uso Medicinal de la Planta de Cannabis de la Secretaría de Salud de la Nación, aclararon que el marco normativo “sigue siendo el mismo. No hubo cambio de la ley o las resoluciones vigentes. Este acuerdo de las farmacias es para poder agilizar los trámites en manos de los pacientes”.
Esta semana, la entidad elaborará un instructivo para unificar los criterios de dispensa en la provincia y repetirán una capacitación con la Universidad Nacional de La Plata. Uno de los puntos críticos que identificaron en la experiencia piloto en este circuito de gestión del producto importado es la cantidad de formularios para completar. Una solución es, según Reinoso, llevar un registro informatizado como el de los medicamentos oncológicos.
“Este servicio beneficiaría al paciente que solo debería llegar a la farmacia de su barrio para que los farmacéuticos soliciten la autorización a la Anmat del aceite u otra especialidad a base de cannabis, del origen que fuere indicado según lo que el médico prescriba -se le comunicó por escrito a los miembros del Colegio-. El objetivo es que quienes quieran acceder a productos importados a base de cannabis no tengan que hacer el trámite ante la Anmat, sino que sean las farmacias las que se encarguen de gestionar ante el organismo la solicitud de la persona y llevar los medicamentos a los locales para ser retirados allí”, explicó.
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