El Ministerio de Seguridad denunció que un extraño copió datos sensibles del personal de la Policía e investigaciones. La causa pasó a la Justicia Federal.
El lunes, desde el Ministerio de Seguridad habían denunciado que un hacker logró robar datos de la Policía Federal que fue difundida por una cuenta de Twitter.
Al parecer todo empezó como un engaño tan común que en el mundo informático tiene nombre: phishing. Hace poco más de un mes, en cuatro áreas de la Policía Federal (Drogas Peligrosas, Testigos Protegidos, Interior y Bienestar) se recibió un mismo mail, falso.
En ese texto se informaba que los policías debían actualizar sus datos personales y claves. Si no lo hacían, advertía el mail, no podrían cobrar su sueldo a fin de mes.
Desde una cuenta de Twitter llamada «LaGorraLeaks2.0» el hacker hizo pública la información que había robado y ella incluía cientos de fichas personales de oficiales jerárquicos y medios, entre otras la del jefe de la Federal, Néstor Roncaglia (en la que no constaba su dirección particular) y la de la subjefe, Ester Mabel Franco, en la que sí había domicilio consignado.
Una vez que pudo entrar a los mails de los policías engañados el hacker tomó todos los archivos que se habían guardado en la nube. Y algunos eran muy sensibles, como escuchas telefónicas o detalles de investigaciones.
«Una falla grave de seguridad pero la verdad es que no contamos con medios para almacenar todo de manera segura», se quejaban en la Fuerza.
Teoría del robo
Algunos señalan un claro lenguaje anti policía en sus tuits, pero la mayoría de las fuentes atribuye lo ocurrido a una interna y mira hacia adentro de la Fuerza para encontrar a “el” o “los” culpables.
“Fue alguien de adentro, no un hacker profesional”, “Esto es una interna”, “Después del resultado electoral del domingo en la Policía Federal arrancó oficialmente la temporada de chicanas por la sucesión de Néstor Roncaglia como jefe”, son algunas de los pensamientos de las distintas fuentes del área de Seguridad del Gobierno que fueron consultadas por Clarín.
Es por ello que, para lograr averiguar que pasó y encontrar a los culpables el Ministerio de Seguridad inició una investigación interna y radicó una denuncia penal que cayó en el Juzgado de Instrucción N° 6 a cargo de María Alejandra Provitola, una jueza con un pasado en fiscalías y también en la División de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad Bonaerense.
Pero el expediente duró poco en el Palacio de Tribunales de la calle Talcahuano -donde están los juzgados de Instrucción- y después pasó a Comodoro Py: este martes ya a la tarde estaba en manos del juez federal Luis Rodríguez y el fiscal Jorge Di Lello.
talvez sea algun empleado infiel
tal vez sea algun empleado infiel