El turista Terence Bulmer fue asaltado cerca de la Facultad de Derecho y se encuentra grave por las heridas. Los detenidos le clavaron un cuchillo en el pecho.
La Policía de la Ciudad detuvo a dos hermanos de 20 y 21 años, sospechosos de ser los protagonistas del ataque al turista australiano Terence Bulmer de 65 años en la Facultad de Derecho.
Los jóvenes fueron señalados por vecino de la villa 31. Los hermanos cuentan con antecedentes, y el sábado a la mañana, cuando se produjo el robo y ataque (le clavaron un cuchillo en el pecho), “volvían de gira”, según detalla Clarín.
Los sospechosos cayeron luego de una investigación de la brigada de la Comuna 2, que incluyó el relevamiento de cámaras de seguridad para seguirle el rastro. Así lograron determinar que los asaltantes habían escapado primero hacia las vías y luego se metieron en el asentamiento, donde vivían.
A. P. (21), el acusado de ser el autor material de la puñalada al turista, tiene un prontuario que incluye causas por arrebato, robo agravado con arma, tentativa de robo, tenencia de drogas y una restricción de acercamiento a su padre. Mientras que, su hermano también tiene antecedentes.
Para los investigadores, la mañana del 18 de enero a las 7.10, cuando asaltaron a Terence, volvían alcoholizados y drogados después de haber salido. “Hacían de trapitos o limpiavidrios y amenazaban a la gente para que les dieran plata”, informó una fuente del caso.
En tanto, Terry permanece internado en coma farmacológico y su cuadro se complicó por una neumonía. Según el parte del Hospital Fernández donde se encuentra internado, Bulmer está cursando una neumonía “asociada a ventilación mecánica con fallas orgánicas”. El cuadro es “estable dentro de los parámetros de gravedad que presenta el paciente”.
El ataque se produjo el sábado último mientras Bulmer, quien trabaja para una empresa radicada en Brisbane, Australia, realizaba ejercicio frente a la Facultad de Derecho, en Recoleta. En ese momento fue sorprendido por un delincuente que lo amenazó con un arma blanca para exigirle sus pertenencias.
Como el hombre se negó, el ladrón le aplicó un puntazo en el pecho, a la altura del corazón, y huyó a la carrera, dejando en el lugar el arma que había utilizado.