Al momento de su detención, Ricardo Basalía había dicho que encontró a la víctima robando y hoy deberá ratificarlo en la fiscalía. En tanto, los resultados de la autopsia determinaron que el hombre murió por una puñalada de un cuchillo de filo único que afectó el corazón y los vasos vitales, y no de un disparo como aseguró el escribano.
Ricardo Baladía, el escribano detenido cuando descartaba en el Río Luján el cuerpo descuartizado de su jardinero, fue trasladado para declarar ante la Justicia, asistido por un abogado particular.
Ante la presencia de los efectivos que lo encontraron a punto de arrojar el cuerpo al río, fuentes policiales revelaron que Baladía dijo que había matado al hombre a balazos porque lo descubrió robando dentro de su escribanía. Esta declaración a la policía, no tiene validez judicial.
Sin embargo, el informe preliminar a la autopsia a la víctima determinó que no murió por un disparo, sino por una “puñalada de un cuchillo de filo único que afectó el corazón y los vasos vitales”. Posteriormente, el cuerpo fue desmembrado con un objeto similar a un hacha, o una sierra, de acuerdo a las laceraciones encontradas.
Si bien se espera una confirmación oficial sobre la identidad del cuerpo. En el BMW, la Policía Científica encontró un DNI pertenece a Miguel Alejandro Pereyra, 42 años, vecino de Castelar como el escribano, con una casa a 14 cuadras del domicilio familiar de los Basalía.
A pesar de que todavía no hay un reconocimiento, su familia apuntó que tatuajes encontrados en el cuerpo coinciden con los que tenía Miguel Alejandro. Por otra parte, aseguraron que el hombre desapareció de su casa hace dos días.
¿Quién es Ricardo Baladía?
El escribano había estado dos años en el hogar San Juan de Dios, para pacientes psiquiátricos, en Luján. “Cuando lo detuvimos, estaba como ido y fuera de sus cabales”, describió a Clarín un investigador.
Además, le secuestraron un hacha, con la que había cortado las partes del cadáver, al cual trasladó en una valija pero fue descubierto gracias al llamado al 911 de un vigilador, cerca de la Basílica.
El detenido es hijo de Marta Sánchez de Baladía, una escribana muy conocida y respetada de Morón, actualmente internada en un geriátrico.