La nueva postura del Sumo Pontífice representa un cambio drástico para la Iglesia Católica. “Las personas homosexuales tienen derecho a estar en la familia, son hijos de Dios, tienen derecho a una familia”, aseguró.
En el documental “Francesco”, presentado en el Festival de Cine de Roma, por primera vez, el Papa Francisco señaló que respalda las uniones civiles entre personas del mismo sexo. Estas declaraciones representan un cambio drástico en la postura del Vaticano con respecto al tema.
En un documental que se estrenó hoy, el Papa alentó la aprobación de leyes de unión civil para parejas homosexuales, alejándose de la posición de la oficina doctrinal del Vaticano y de la postura de sus predecesores.
Las palabras del pontífice se recogen en un fragmento del documental que reflexiona sobre el cuidado pastoral para aquellos que se identifican como LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales): “Las personas homosexuales tienen derecho a estar en la familia, son hijos de Dios, tienen derecho a una familia. No se puede echar de la familia a nadie, ni hacer la vida imposible por eso”.
Al mismo tiempo, el Papa pidió “hacer es una ley de convivencia civil”. “Tienen derecho a estar cubiertos legalmente”, dijo el Papa Francisco.
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Las declaraciones aparecen en el documental sobre la vida y el ministerio de Francisco. La película presenta la aproximación del Papa Francisco a diversos problemas sociales, así como el ministerio pastoral hacia quienes viven, en palabras del pontífice, “en las periferias existenciales”.
La postura del Vaticano
En 2003, bajo el liderazgo del entonces Cardenal Joseph Ratzinger y con la dirección del Papa Juan Pablo II, la Congregación para la Doctrina de la Fe enseñó que “el respeto hacia las personas homosexuales no puede en modo alguno llevar a la aprobación del comportamiento homosexual ni a la legalización de las uniones homosexuales. El bien común exige que las leyes reconozcan, favorezcan y protejan la unión matrimonial como base de la familia, célula primaria de la sociedad”.
“Reconocer legalmente las uniones homosexuales o equipararlas al matrimonio, significaría no solamente aprobar un comportamiento desviado y convertirlo en un modelo para la sociedad actual, sino también ofuscar valores fundamentales que pertenecen al patrimonio común de la humanidad. La Iglesia no puede dejar de defender tales valores, para el bien de los hombres y de toda la sociedad”, añadió la Congregación para la Doctrina de la Fe, advirtiendo que el apoyo de los políticos a tales uniones es “gravemente inmoral”.
Y se agrega en el documento: “Las uniones homosexuales no cumplen ni siquiera en sentido analógico remoto las tareas por las cuales el matrimonio y la familia merecen un reconocimiento específico y cualificado. Por el contrario, hay suficientes razones para afirmar que tales uniones son nocivas para el recto desarrollo de la sociedad humana, sobre todo si aumentase su incidencia efectiva en el tejido social”.