La magistrada de la 1° Instancia de Personas y Familias de Metán dijo que el niño es quien pide esta sentencia. La mujer del matrimonio tenía una enfermedad preexistente y murió en 2018, mientras que su marido murió el año pasado.
Un matrimonio de Salta empezó a armar su sueño de tener un hijo en 2011 cuando, gracias al proceso de adopción, un niño llegó a sus vidas.
Desde ese entonces, el menor y el matrimonio formó su propia familia pero el proceso no estuvi firme. Casi 10 años después, una jueza logró dar la adopción definitiva pero el fallo tiene una historia insólita: la mujer murió en 2018 y el hombre, en mayo del año pasado.
Sin embargo, esto no impidió el deseo del niño de 9 años: la jueza Frida Bosernitzán, jueza de la 1° Instancia de Personas y Familias de Metán en Salta, ordenó el cambio del apellido del niño, y dispuso que oportunamente la familia extensa haga conocer al menor los datos relativos a su origen.
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En una audiencia de septiembre de 2019, el hombre había manifestado su voluntad de continuar con los trámites de adopción que había iniciado junto a su esposa, fallecida en mayo de 2018 por una enfermedad preexistente.
Luego de la muerte del hombre, que tuvo lugar en el mes de mayo de 2020, el niño quedó al cuidado de su abuela, y tuvo contención afectiva por parte de su familia extensa, conformada por tíos y primos.
“Es una historia de mucho amor. El que nos pide esta sentencia tal cual salió fue el niño. Lo menos que pudimos hacer es conceder el deseo del menor”, dijo la Bosernitzán en diálogo con TN.
En la última audiencia que se hizo vía zoom, el menor le pidió a la jueza: “Quiero para mi cumpleaños el nuevo DNI con el apellido de mi mamá y mi papá”.
Luego de la muerte del matrimonio, el menor vive con su abuela ya que la casa es centro de reunión familiar, donde se encuentra muy cómodo y con muchos amigos, y está totalmente integrado a su familia.
Ante ello, la jueza tuvo en cuenta que el niño se encontraba contenido junto al matrimonio, y que actualmente su realidad vital se desarrolla con su abuela, tíos y primos maternos, ante el luctuoso hecho del deceso de sus padres.