En el allanamiento a una finca, Gendarmería Nacional encontró mangueras que cruzaban al país vecino, aprovechando las condiciones que ofrecía el terreno elevado del lado argentino.
Un conducto tubular bajo tierra, que era usado para contrabandear aceite comestible al Estado Plurinacional de Bolivia, fue descubierto ayer por efectivos de la Gendarmería Nacional Argentina (GNA) durante un allanamiento a una finca ubicada en el lado argentino de la Quebrada Internacional, en la localidad fronteriza de Salvador Mazza, norte salteño, informaron fuentes de esa fuerza.
El procedimiento estuvo a cargo por efectivos del Escuadrón 61 Salvador Mazza, con apoyo de personal del Destacamento Móvil 5 y de la delegación Pocitos de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), en una propiedad del sector conocido como “El Portón de Beracca”.
La medida se concretó en cumplimiento de una orden judicial librada por el Juzgado Federal de Garantías de Tartagal, y en el lugar los gendarmes detectaron un conducto tubular que se encontraba bajo tierra y continuaba su trayecto, atravesando la Quebrada Internacional hasta el Estado Plurinacional de Bolivia.
En presencia de testigos, los uniformados registraron el inmueble y hallaron dos escopetas calibre .16 y .14, además de cartuchos, tres bases radiales móviles para UHF, autopartes robadas, ocho cámaras de seguridad, una chapa patente, y 100 kilos de soja en bolsas de arpillera, entre otros elementos.
Además, constataron que había una manguera de dos pulgadas de diámetro y 30 metros de largo, y un tubo de polímero de dos pulgadas y media y 100 metros de largo, color negro, que eran utilizados para el contrabando de aceite comestible desde el territorio argentino hacia el país vecino.
Por orden del juez, los uniformados destruyeron los dos puentes clandestinos creados para evadir mercaderías y secuestraron las armas de fuego, y el resto de elementos considerados de interés para la causa, mientras que tres personas quedaron supeditadas a la causa.
Como resultado del procedimiento y de tareas investigativas, los uniformados constataron que se usaban camiones cisterna cargados de aceite comestible y, aprovechando las condiciones que ofrecía el terreno elevado del lado argentino, desarrollaron un sistema con mangueras en partes enterradas hasta un metro de profundidad, para evadir los controles.