El Presidente envió al Senado el pliego del magistrado que tiene en sus manos la causa D’Alessio. La oposición considera que es un “militante del kirchnerismo” y lo repudió por “conductas graves e ilícitas”.
El presidente Alberto Fernández propuso que el juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, se haga cargo del juzgado federal 1 de La Plata que, entre otras competencias, controla el funcionamiento de las elecciones en la provincia de Buenos Aires.
El pliego fue enviado al Senado, que ahora será el encargado de ratificar la postulación. Debido a que el oficialismo cuenta con los votos necesarios, se descarta que avanzaría su designación sin mayores trabas.
Ramos Padilla tiene a su cargo la causa en la que investigan presuntas maniobras de espionaje y extorsión, con el falso abogado Marcelo D’Alessio como principal apuntado y en la que fue procesado el fiscal federal Carlos Stornelli como miembro de una asociación ilícita y por violar la Ley de Inteligencia.
El juez de Dolores era uno de los candidatos que más posibilidades tenía para ser incluido en la terna para ocupar el cargo de titular del juzgado que quedó vacante en 2014 tras la muerte del juez Manuel Humberto Blanco. Ocupó el tercer lugar en el orden de mérito que elaboró el Consejo, después de superar el examen, la validación de antecedentes y la entrevista personal.
Solo el juez Diego Amarante y el abogado Roberto Boico fueron los que obtuvieron el mejor puntaje para acceder al cargo, pero la elección queda en manos del Presidente que es el que realiza la propuesta ante el Senado, para que sea ratificada.
Entre otras competencias, el juzgado electoral se encarga la designación de listas, impugnaciones o investigaciones por fraude electoral durante las elecciones en la provincia de Buenos Aires.
Ramos Padilla había sido denunciado por la oposición por “conductas graves e ilícitas” y lo señala como un “juez militante” del kirchnerismo.
Ahora, el pliego de Ramos Padilla llega apenas días después de que referentes del partido que lidera Elisa “Lilita” Carrió advirtieran que “resulta evidente que el juez Ramos Padilla lejos de ejercer con imparcialidad su cargo de magistrado, lo hace como un juez militante”.
“Ramos Padilla habría efectuado una maniobra de fórum shopping en la que habrían intervenido personas vinculadas a los servicios de inteligencia, y ex funcionarios del gobierno presidido por la actual vicepresidente Cristina Kirchner, con el objetivo de interferir en la causa de los cuadernos”, denunciaron.