Residentes de barrios cerrados denuncian que los roedores atacan mascotas y destrozan jardines y exigen “un traslado” de los animales. “La relocalización de animales podría ser una alternativa como medida de acción en algunos casos particulares que también deben ser evaluados”, explicó una bióloga.
La población de carpinchos no para de crecer en los barrios privados de Nordelta, lo que generó una enorme preocupación ya que se registraron ataques de estos animales contra algunas mascotas y varios jardines de los residente de los barrios fueron destrozados.
Frente a esta situación, un grupo de vecinos emitió un comunicado en el que pese a asegurar que “aman” a estos animales, piden trasladar a algunos ejemplares a reservas naturales para poder disminuir la cantidad de los roedores en los exclusivos countries de zona norte.
El texto difundido lleva la firma de la Comisión Pro Equilibrio Carpinchos Nordelta que representa, según el mismo escrito, “a centenares de vecinos de Nordelta directamente afectados por los problemas de público conocimiento”. “En Nordelta amamos a los carpinchos. Hemos convivido con ellos en armonía desde hace 10 años como en ninguna otra urbanización del AMBA”, comienza el comunicado.
Según explicaron en el comunicado, los residentes de barrios cerrados se consideran “salvadores” de los roedores ya que “para el año 1990 el carpincho estaba prácticamente extinto de esta zona por caza furtiva desde hacía décadas”.
Pero, pese al “cariño” que tienen con esos animales, en el comunicado exigieron “retrotraer la cantidad de carpinchos a los que había hace 4 o 5 años atrás”. Para ello, sostuvieron que es necesario trasladar a “aquellos ejemplares a los que el ecosistema Nordelta ya no puede alimentar y sostener a otras reservas naturales”.
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Tras el comunicado, la Dirección de Flora y Fauna de la Provincia de Buenos Aires, emitió una resolución en relación a la sobrepoblación de carpinchos en Nordelta. “Dada la evidencia indirecta y directa recabada durante la visita técnica, sumada a la información presentada en los estudios poblacionales de la especie se determina que el perjuicio ocasionado por la interacción de los carpinchos con los habitantes del complejo se enmarca dentro de la categoría grave”, señalaron.
Adelmar Funk, fundador de la organización Complejo Ecológico de América, afirmó que no es que los carpinchos invadieron los jardines de Nordelta, sino que volvieron a las lagunas que les pertenecieron desde siempre.
Por su parte, consultada por serajusticia.net, la bióloga de la Fundación Azara, Reserva Delta Terra, Marina Homberg explicó que los carpinchos no son animales agresivos, por el contrario son “animales sociales”. “En situaciones particulares, como sucede con cualquier animal silvestre, pueden sentirse amenazados (ej. hembra con cría) y por lo tanto atacar o defenderse”, sostuvo.
“La solución es compleja y no de corto plazo. Requiere la evaluación de una serie de medidas, no de una sola, que deben estudiarse, planificarse y llevarse a cabo. La relocalización de animales podría ser una alternativa como medida de acción en algunos casos particulares que también deben ser evaluados. La translocación de todos los carpinchos de Nordelta por supuesto no es viable”, destacó.