Miguel Alejandro Cofiño está imputado por “lesiones agravadas” por golpear a su expareja. Antes del juicio, pidió cambiar de abogado y se fugó.
El pasado 13 de septiembre comenzó el juicio contra Miguel Alejandro Cofiño denunciado por violencia de género por su expareja, Delfina Eceiza. Pero la causa podría prescibir si no logran encontrarlo antes del viernes 18.
Es que, si bien en la primera audiencia, estuvieron presentes todas las partes: víctima, imputado, testigos, fiscal, abogado defensor y juez, en ese momento, el acusado solicitó cambiar al abogado defensor que tenía por un letrado particular llamado Mauricio Muñoz.
Según comunicaron fuentes judiciales, el abogado se tomó los tres días que le otorga el Código Procesal Penal bonaerense para decidir si aceptaba y se suspendió momentáneamente el debate. Cuando el letrado comunicó que aceptaba la designación, se puso una nueva fecha de juicio: el 4 de octubre. Pero cuando la policía fue a notificarle a Cofiño las novedades se dieron cuenta que se había escapado.
Cofiño está imputado de “lesiones agravadas” y tiene pedido de captura nacional. Por el caso, habilitaron el número 02364-434130, interno 145, para quien pueda dar información sobre el paradero del prófugo.
En el expediente judicial consta que el joven y Eceiza eran pareja y decidieron mudarse a Junín, donde ella se inscribió en la facultad para estudiar Trabajo Social. Entre 2015 y 2016 la joven fue víctima de violencia física y psicológica: él le pegaba piñas, patadas y la agarraba del cuello; además, la insultaba, la trataba de “inútil, put… y atorranta”.
De ser encontrado culpable, podría ser sentenciado hasta a dos años de prisión, pero si no lo encuentran antes del próximo viernes, la causa podría quedar impune. Además, el hombre enfrenta otra denuncia por abuso sexual, radicada en agosto de 2018 por Eceiza, que está tramitando la Ayudantía Fiscal de Florentino Ameghino.
Delfina Eceiza no fue quien denunció a Cofiño, sino el padre de ella, quien se presentó en el Juzgado de Paz de Ameghino en julio de 2015 y lo acusó de haberle pegado puñetazos en la cara a su hija y dejarle un hematoma en el rostro.
Según consta en la denuncia, el acusado era extremadamente celoso y evitaba que ella tuviera contacto con otros hombres. Por eso, cuando caminaban por la calle no la dejaba levantar la vista, tampoco podía salir sola y la obligaba a mostrarle todos los mensajes que le llegaban al celular. Además, no la dejaba vestirse como ella quería.
la mujer se puede vestir como quiera nadie tiene derecho a condicionarla