El ministro de Justicia negó que haya alguna “injerencia” electoral, teniendo en cuenta que en la causa están procesados la expresidenta Cristina Kirchner.
Tras la aparición de seis de los ocho cuadernos originales del chofer Oscar Centeno por la causa de corrupción conocida como “los cuadernos de las coimas”, el Gobierno salió a despegarse de la aparición de los manuscritos.
A cuatro días de las elecciones generales, que generó sospechas en el kirchnerismo por la proximidad con la actividad electoral, el ministro de Justicia Germán Garavano aseguró que el Ejecutivo “no tiene nada que ver” con ese hallazgo y consideró además que esto “no tiene ninguna injerencia electoral”, teniendo en cuenta que en la causa están procesados la expresidenta Cristina Kirchner, además de otros exfuncionarios K.
En cambio, el ministro consideró que la aparición de los documentos a poco para las generales podría estar asociado a “una serie de actores paralelos al Estado que durante muchos años estuvieron asociados a los procesos judiciales” y que “armaron causas contra Mauricio Macri y Francisco de Narváez”. Sin embargo, no dio precisiones, pero sí dio a entender que se trata de “operadores judiciales”, ya que habló de “personas que durante mucho tiempo estuvieron cerca del poder, que intervinieron en la designación de jueces y que siguen teniendo injerencia y relaciones en ese mundo”.
La aparición de los manuscritos, que la Justicia confirmó que son auténticos, generó una gran sorpresa. Es que, en su primera declaración ante Bonadio (hace un año), el exchofer de Roberto Baratta aseguró que tenía las anotaciones originales en las que detalló rutas, pagadores y destinatarios de coimas. Después se desdijo y aseguró que había “quemado” esas pruebas: “Quemé los cuadernos en la parrilla del fondo de mi casa”.
