“Si hubiera notado algo, la tendría aquí y no en un cajón”, señaló Carina Di Marco quien está acusada de abuso sexual con acceso carnal en calidad de partícipe necesaria por omisión.
Luego de dos años y sentada en el banquillo de los acusados, Carina Di Marco escuchó parte de la tortura que sufrió su hija antes de morir cuando en la apertura del juicio en su contra acusada de abuso sexual con acceso carnal en calidad de partícipe necesaria por omisión.
Florencia, su hija de 12 años fue violada y asesinada por su padrastro en 2017 en San Luis. El cuerpo de la niña apareció el 23 de marzo de 2017. Estaba semidesnudo, tirado debajo de un puente en la localidad puntana de El Saladillo, a unos 55 kilómetros de la capital de San Luis. Según la autopsia, había sido salvajemente violada y ahorcada con un lazo, pero no era la primera vez que sufría un abuso sexual.
Para la Justicia, la mamá fue partícipe de los abusos porque no hizo nada para evitarlos. Ante los jueces de la Cámara del Crimen N° 2 de San Luis aseguró que “jamás” supo nada y que si hubiera notado algo, “tendría a mi hija aquí y no en un cajón”.
En la causa, Carina es la única acusas ya que su pareja y padrastro de la víctima Lucas Gómez se había ahorcado en la cárcel donde estaba detenido antes de que el examen de ADN determine que el material genético que había en el cuerpo de Florencia era el de su padrastro.
La pena que piden para esta mujer es de 17 años y medio de cárcel. Y este lunes comenzó a definirse su futuro.
Es que el próximo jueves será el turno de una maestra de Florencia la que señaló que la pequeña en una oportunidad le había reconocido que su padrastro “la acariciaba” y que si bien se lo contó a la madre, está trató de “mentirosa” a su hija.
Carina aseguró que no recordaba que la maestra le haya comentado esa secuencia. “Lo único que pido es que se haga justicia para que mi hija descanse en paz, que Dios se encargue del resto”, cerró su testimonio Di Marco, en el que describió a Florencia como “callada y tímida”.
ella sabia muy bien lo que pasaba creo