Durante la primera jornada, los curos y el exjardinero acusados se negaron a declarar.
Durante el primer día del juicio contra dos curas y un exjardinero del instituto Próvolo de Mendoza acusados de abusar sexualmente a chicos hipoacúsicos, se negaron a declarar.
Además, la defensa de los curas Horacio Corbacho y Nicola Corradi y el jardinero Armando Gómez, pidió que las víctimas “testifiquen nuevamente de forma presencial”. El planteo fue rechazado por la fiscalía y la querella ya que pidieron que “no se los revictimice”.
El planteo será resuelto durante la segunda audiencia del juicio, junto al pedido realizado para que “se transcriban todos los testimonios” porque el sacerdote Corradi tiene “problemas de audición”. La fiscalía, encabezada por Gustavo Stroppiana y Alejandro Iturbe, se opuso al pedido y solicitó que se incorporen dichos testimonios vía cámara Gesell, para “no revictimizarlos”.
Por su parte, Oscar Barrera uno de los abogados querellantes aseguró que su postura es que “las cámaras Gesell en las que quedaron plasmadas las declaraciones sean reproducidas en la audiencia debate, sin interrogatorios directos ni contactos con los imputados, que es la garantía que ofrece la ley”.
El letrado explicó que las declaraciones de las víctimas se hicieron durante la instrucción del caso y quedaron filmadas. “En estos casos de gran vulnerabilidad de los denunciantes hay que tratar de evitar la revictimización y adelantar la prueba, es decir, filmar las testimoniales para que puedan ser utilizadas en todas las instancias del juicio”, mencionó en diálogo con TN.
“El Tribunal no puede escaparse de la ley y la defensa tampoco: las reglas establecen las formas en que deben ser interrogadas las víctimas vulnerables, que son personas con discapacidad, víctimas de delitos sexuales, mujeres o nenes”, argumentó.