A través de sus redes, Julieta Rossi le respondió a quienes la cuestionan por subir fotos de los acusados. “Lo que hago de subir fotos de sus caras y nombres, no es ningún crimen ni arenga a la violencia”, aseguró.
A más de dos meses de la muerte de Fernando Báez Sosa, asesinado a la salida de un boliche de Villa Gesell por un grupo de jóvenes de entre 18 y 20 años, la novia de la víctima, usó su cuenta personal de Twitter para expresar su miedo.
En una extensa carta que publicó Julieta en su red social, reconoció que tiene “miedo” de que los rugbiers acusados por el crimen queden en libertad y al mismo tiempo, respondió a quienes la cuestionan por subir las fotos y los nombres de los acusados de haber matado a su novio.
“Yo nunca jamás pedí que los maten, los maltraten o les hagan cosas horribles en la cárcel, porque me parece inhumano e impensado que alguien les pueda hacer lo mismo que ellos hicieron”, empezó el descargo.
Al mismo tiempo se defendió y aseguró que subir las imágenes “de sus caras y sus nombres no es ningún crimen ni arenga a la violencia”, y preguntó cómo actuarían aquellas personas si estuvieran en su lugar.
Por otra parte, respecto a las “segundas oportunidades” de la vida, Julieta señaló: “Lo lamento por los padres, familia, amigos y novias de estos chicos, pero ellos están donde están por algo, y por lo menos tienen la oportunidad o el beneficio, si lo quieren decir así, de saber que ellos sí están con vida”.
“Suficiente con todo lo que estamos pasando como para que encima salgan a defenderlos con excusas dolorosas (como si lo que hicieron tuviese una excusa válida); si van a hablar por estos chicos, lo mínimo que pueden hacer es pedir perdón y dejar de lastimar a la gente que está sufriendo una pérdida a costa de ellos”, pidió.
Al mismo tiempo, la joven reconoció tener “miedo” de que las personas que “de alguna manera u otra terminaron con la vida de Fernando o ayudaron a que esto pasara, queden libres”.
— Julieta (@Julieta_Rossii) March 26, 2020
El crimen
Fernando fue asesinado el sábado 18 de enero frente al boliche Le Brique, en pleno centro de Villa Gesell, cuando fue atacado a patadas y trompadas por un grupo de jóvenes de entre 18 y 20 años.
El ataque quedó filmado por cámaras de seguridad y teléfonos celulares, por lo que horas después fueron detenidos acusados del crimen diez rugbiers que estaban de vacaciones.
Actualmente, ocho de ellos se encuentran con prisión preventiva por homicidio agravado en el penal de Dolores y los dos restantes están acusados del mismo delito pero en libertad.