El único imputado por el asesinato de José Enrique del Rio y María Mercedes Alonso, dió detalles de su vida familiar y sostuvo que atraviesa momentos de angustia y dolor.
El hijo menor del matrimonio asesinado en Vicente López y principal sospechoso por el crimen, Martín del Rio, escribió una carta desde la cárcel desligándose de las acusaciones en su contra: “Hola, soy Martín Santiago del Rio. Lo primero que quiero decir es que soy inocente. Me mataron a mis padres. Amé, amo y amaré toda mi vida a mis padres, Quique y Mecha. Fueron las personas que me criaron, me cuidaron siempre en las buenas y en las malas”.
“Mi padre me enseñó lo mucho o lo poco que soy. Quique fue mi padre, mi amigo, mi maestro, y siempre tenía la palabra justa en el momento preciso. Ya sabíamos, por el tono de su voz, si algo pasaba”, sostuvo.
En esa línea, explicó: “Mecha, mi madre, era su coequiper. Ella siempre atenta a todo. La familia siempre. Preocupada y atenta por si alguien necesitaba algo, súper amiga de sus amigas. Ella era mi mamá. Termino el colegio y a los 17 años arranco a trabajar con mis padres”.
“Mi padre tenía varias empresas de seguridad y limpieza y algunos garajes en Capital. Yo arranco en el negocio de los garajes aprendiendo de él todo el tiempo. Trabajando con ellos nuestra relación creció a niveles únicos. Éramos súper compinches en todo. Sume mucha experiencia de él y de mi madre. Siempre súper trabajadores. Únicos. La familia y el negocio eran lo más importante”, afirmó
A su vez, siguió con su relato: “Toda la vida lo único que hice fue hacerlos felices!!! Todo lo que pude hacer lo hice. Desde el cariño, el afecto, el disfrute, estar presente siempre. Dos momentos fueron cruciales para nuestras vidas: la enfermedad de mi madre y mi padre. Dos enfermedades neurológicas graves. En ambas con mi hermano peleamos y luchamos para poder superarlas y le ganamos a las dos. Fueron momentos duros de angustia y dolor”.
En el último tramo de la carta, Martín negó haber matado a sus padres: “Desde los 19 años estoy de novio y casado con la persona más maravillosa del mundo, Cecilia, la madre de mis hijos, mi gran amor. Con ella crecimos, luchamos y peleamos para que nuestra familia sea feliz y llena de amor. Los que nos vieron crecer saben quiénes somos y cuánto nos amamos siempre. Hasta ser viejitos como nuestros abuelos. Dos hijos únicos e increíbles. Hijos, los amo y ustedes saben quién es su padre y cuánto amaba a sus abuelos”.
“Diego, hermano querido, solo decirte que te amo. En mi vida hubiese hecho una cosa así. Nunca. Viejos los amo y los voy a amar toda la vida. Gracias viejitos amados. Voy a luchar para saber qué les pasó. Soy inocente. Me mataron a mis padres”, concluyó.