Afirmó que fue una venganza y agregó: “Sentí que me moría”. La arquitecta se negó a declarar.
En el inicio del juicio que afronto Brenda Barattini, la arquitecta que le cortó los genitales a su amante con una tijera de podar se negó a hablar ante el tribunal en la Cámara 2ª del Crimen de Córdoba.
Pero el que sí decidió hablar fue Sergio F., el hombre agredido. “Empezamos a tener relaciones y me dijo que me iba a dar una sorpresita. Que tenía algo para darme. Me puso un antifaz, como de terciopelo. Después me dijo que adivinara con qué me tocaba. También quiso atarme, pero no quise. Empezó a hacerme sexo oral. De repente sentí algo. Me quiso matar en ese segundo”, comenzó relatando el hombre que sufrió la agresión la noche de noviembre de 2017. En ese momento ella tenía 26 años y él, 40.
En ese momento, Sergio F. estaba casado y la arquitecta estaba de novia. Ese dato es vital en el juicio ya que puede servir para probar o no el agravamiento por el vínculo en la eventual condena a la imputada.
En su declaración ante el tribunal, Sergio F. recordó que tras el ataque “perdía sangre a chorros”. “Sentí que me moría”, repitió al menos dos veces este lunes. Tras varias operaciones, lograron reconstruirle los genitales. El resultado de esas intervenciones es el tercer punto fuerte en el juicio.
“No sabía qué me había cortado. No vi nada. El dolor fue un segundo. Ella salió de encima mío, yo intenté levantarme, me subo los pantalones e instintivamente agarro el celular, para llamar a una ambulancia. Quiero salir y ella comienza a insultarme. Me agarró de la remera, de los pelos, y no me dejaba salir. Yo estaba con una mano haciéndome presión. Atiné a salir, y me agarraba, no dejaba irme. Metí una llave que encontré por ahí y pude abrir”, dijo la víctima este lunes.
Hasta ahora Barattini está imputa por el delito de lesiones gravísimas, que prevé una pena de entre tres y quince años de prisión. Contra lo previsto, en la primera audiencia la fiscalía aún no definió si acusación a Brenda cambiará de “lesiones gravísimas agravadas por el vínculo” a “tentativa de homicidio agravada”. En caso de que haya un cambio, el juicio será suspendido: según el Código Procesal cordobés, sólo un jurado popular puede juzgar un caso de homicidio.
Por eso, como el abogado de la acusada Iván Sironi, “se decidió que ella no hable de antemano, para no exponerla dos veces, en dos juicios”.
La víctima y victimario coinciden que entre ellos sólo había un vínculo sexual. Que se habían visto “unas 10 veces en total” a lo largo de un año. Ella dice que su intención no fue atentar contra su vida, sino que quería lastimarlo como él la lastimó a ella al compartir por WhatsApp (sin su consentimiento) un video de los dos teniendo sexo. Y él asegura que la venganza en realidad era matarlo.
Este martes, en la segunda audiencia, se presentará como testigo Gonzalo, la expareja de Brenda. Él fue llamado tanto por la defensa como la querella. Desde el lado de la acusada llevarán las preguntas hacia el punto que logre probar que Gonzalo y Brenda eran una pareja con proyectos y que así se mostraban en su entorno. El objetivo: evitar un agravamiento por el vínculo.
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