El documento brinda un “instrumento” destinado a ayudar a las autoridades locales de la Iglesia en la “delicada tarea de llevar adelante correctamente los casos” que impliquen a religiosos cuando son acusados de abusos a menores de edad.
Por iniciativa del Papa Francisco, el Vaticano publicó un manual para los eclesiásticos con directivas sobre el procedimiento a seguir a la hora de investigar casos de presunto abuso sexual contra menores dentro de la Iglesia.
Según se detalla en el documento publicado, no se proponen nuevas reglas, ni pretenden que la justicia de la Iglesia católica reemplace a la justicia civil.
Además, brinda un “instrumento” destinado a ayudar a las autoridades locales de la Iglesia en la “delicada tarea de llevar adelante correctamente los casos” que impliquen a religiosos “cuando son acusados” de abusos a menores, explicó el cardenal español Luis Ladaría Ferrer, el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en un comunicado.
Para señalar el delito, el responsable debe informar la identidad del sacerdote sospechoso, sus diferentes ministerios, la fecha de los hechos y el nombre de la o las presuntas víctimas, las medidas adoptadas por la autoridad eclesiástica así como, en caso de procedimiento penal, el nombre del fiscal y los abogados designados.
En caso que se reciba una denuncia anónima, los obispos deben tenerlas en cuenta y no pueden desestimarlas, como ocurrió en el pasado en muchos casos, entre los cuales el del excardenal norteamericano Theodore McCarrick, culpable de abusar a seminaristas y a quien Francisco expulsó del sacerdocio.
Por otra parte, en caso que un cura se entere de un caso de abuso durante la confesión, no puede romper el secreto de confesión, por lo que, según se indica el manual, el confesor “debe tratar de convencer al penitente para que haga conocer la información pertinente por otros medios, para que quien tiene el deber de actuar, pueda hacerlo”.