Nicolás Gil Pereg, acusado de asesinar a su madre y a su tía, enfrenta el juicio por jurados. Sus abogados afirman que padece psicosis delirante crónica e insisten en derivarlo a un psiquiátrico en Ezeiza, pero la Justicia le rechazó el pedido.
Tras la audiencia para elegir el jurado popular, empezó el juicio contra el “hombre gato”, Nicolás Gil Pereg, el israelí acusado del doble femicidio, contra su madre y tía en enero del 2019, en Guaymallén, Mendoza.
El cuerpo de ciudadanos-jurados serán los que determinarán, a mediados de la semana próxima, si Pereg es declarado culpable o inimputable. La fiscalía de Homicidios sostiene que el acusado comprende la criminalidad del hecho, sin embargo, sus abogados afirman que padece psicosis delirante crónica e insisten en derivarlo a un psiquiátrico en Ezeiza, pero la Justicia le rechazó el pedido.
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La jueza técnica Laura Guajardo les tomó ayer juramento a los 12 ciudadanos y ciudadanas titulares y a cuatro suplentes que definirán el futuro procesal de Pereg, sobre quien pesan dos imputaciones: “homicidio agravado por el vínculo”, en relación a su madre, Phyria Saroussy, de 63 años, y homicidio agravado por el uso de arma de fuego en relación a su tía, Lily Lea Pereg, de 54.
¿Quiénes son los jurados?
El jurado popular estará compuesto, en el caso de las mujeres sorteadas como titulares, por una ama de casa de 38 años; una diseñadora industrial de 35; una peluquera de 31; una empleada doméstica de 33; una psicóloga de 26, y una empresaria gastronómica de 46.
Entre los varones habrá dos mecánicos, de 24 y 23 años; dos metalúrgicos, de 44 y 32; un empleado de 42 y un desocupado de 21.
Serán suplentes una docente de 35 años y una empleada autónoma de 46, entre las mujeres, y un operario de bodega de 31 años y un empleado gráfico de 34.
Alegatos y diagnósticos
Ahora, todo está preparado para que hoy, desde las 9, se realicen los alegatos de apertura que la El perito de la defensa, el reconocido psiquiatra forense Mariano Castex, sostiene que Pereg padece de delirio de transformación corporal, y que es inimputable. De hecho, para él y para el psicólogo Guillermo Messina, el acusado sufre de “parafrenia” (una psicosis delirante crónica) y de “licantropía clínica”, que refiere a la alucinación de creerse un animal. En varias oportunidades se comentó que Pereg decía que “quería tener gatitos con su madre”.
El “Hombre gato”, como dice sentirse, se habituó a emitir sonidos que intentan imitar a maullidos en sus pasos por los pasillos de tribunales. También llegó a desnudarse e incluso a orinar frente a los magistrados en las audiencias judiciales.
De acuerdo con la investigación, Pereg estranguló a su madre con un lazo y le propinó una fuerte golpiza, mientras que a su tía le efectuó tres tiros con un revólver calibre 38. Luego, enterró a las hermanas en su propiedad, atravesando los cuerpos con varillas de hierro.
El psicólogo Diego Quindimil analizó el caso, en primera instancia, como una posible psicosis, que es “una alteración mental donde la persona que la padece tiene una alteración en la percepción de la realidad y hay una pérdida/contacto con la realidad”. “Cuando perdemos la percepción de la realidad podemos pueden aparecer alucinaciones o delirios que se representa por determinados estímulos que no viene de la realidad, como por ejemplo, las voces”, sostuvo en diálogo con serajusticia.net.
“En este caso particular pareciera que el joven israelí sufre un delirio de metarmorfosis donde él cree haber sido transformado en un animal. A partir de determinadas herramientas que se puede utilizar en la psiquiatría uno puede realizar un diagnóstico. Leyendo su caso con todo lo que se supo nos hace pensar que no está en sus cabales, en caso de que así sea no tiene cura, lo que sí se puede hacer es medicarlo y hacer que esos delirios ‘bajen’ o desaparezca pero no quiere decir que no siga teniendo dificultades a la hora de percibir la realidad”, explicó.
