Desde el Ministerio de Educación informaron que en aquellas zonas donde no hay acceso a internet se distribuyeron 7 millones de cuadernillos.
Desde que se decretó la cuarentena obligatoria, las actividades de la vida cotidiana empezaron a cambiar.
En los trabajos se optó por la modalidad de home office y en la educación, las clases presenciales debieron ser suspendidas, pero para no perder los días también se recurrió a la tecnología para que los chicos pudieran seguir normalmente con el ciclo lectivo.
Para ello se recurrió a las plataformas y redes sociales para enviar materiales como fotos, videos y trabajos. Sin embargo, no todos tienen conectividad ni teléfono o computadora: 1 de cada 8 hogares no tiene internet.
Quienes cuentan con algún medio de conectividad, algunos son de manera eventual, o los equipos son antiguos y no abren ciertos archivos; o hay un aparato para muchas personas y esto dificulta presentar tareas en tiempo y forma y seguir el ritmo del resto de sus compañeros.
De acuerdo al estudio del barómetro de la deuda social de la infancia de la UCA, el 13.3% de los hogares argentinos que no poseen en su vivienda conexión fija a internet ni cuentan con ningún componente que disponga de teléfono móvil con conexión a internet (smartphone).
Ante este panorama, el Ministerio de Educación informó que en aquellas zonas donde no hay acceso a internet se distribuyeron 7 millones de cuadernillos.
