El próximo 28 de febrero, el femicida que en 1996 asesinó de 113 puñaladas a su novia Carolina Aló en Tigre recuperará su libertad tras cumplir la pena. Sin embargo, la Justicia ordenó una nueva pericia psicológica y psiquiátrica para ver si es peligroso para su familia.
Tablado fue trasladado esta mañana desde la Unidad 21 de Campana, cárcel donde en 11 días terminará de cumplir su condena, a la Asesoría Pericial de San Isidro a partir de una medida dispuesta por el juez de Ejecución Penal de San Isidro Alejandro David, a pedido del fiscal Rodrigo Caro para comenzar el procedimiento.
El femicidio
El crimen de Carolina Aló ocurrió el 27 de mayo de 1996 en la casa de la familia Tablado, en Tigre.
Aló quien tenía 17 años, estaba de novia con Tablado, por entonces de 20 años, e iban juntos a la nocturna de la Escuela 1 Marcos Sastre de la misma localidad.
El día del crimen, la pareja logró salir antes de clases y fueron juntos a la casa de Tablado, donde no estaba su familia. Según lo que declaró el femicida, allí tuvieron relaciones sexuales y luego se inició una discusión por celos: el hombre persiguió a Carolina por varios ambientes de la casa y la mató de 113 puñaladas aplicadas con cuatro armas blancas halladas en la escena: una cuchilla de cocina, dos cuchillos de mesa Tramontina y un formón de carpintería.
Luego de escapar, Tablado le confesó lo sucedido a un amigo y se fue a esconder debajo del puente de la calle Tedín, en Tigre pero unas horas más tarde fue detenido por la policía.
El juicio
Se realizó en 1998 y allí, la defensa planteaba que Tablado era inimputable o que al menos debía condenárselo a una pena reducida porque consideraba que actuó en “estado de emoción violenta”.
La fiscalía y querella acusó al hombre por la figura del homicidio agravado por alevosía. Finalmente, la Sala III de la Cámara Penal de San Isidro condenó a Tablado a 24 años por homicidio simple y así evitó la prisión perpetua.
Los peritos concluyeron que Tablado tenía una personalidad psicopática y que comprendió la criminalidad de sus actos, pero en un fallo dividido por dos votos a uno.