Los peritos detectaron los rastros en un patrullero y en un auto particular secuestrados en la causa. El joven está desaparecido desde el 30 de abril cuando dejó su casa en Pedro Luro rumbo a Bahía Blanca en plena cuarentena.
En la investigación para encontrar a Facundo Astudillo Castro, ahora peritos de la Policía Federal encontraron manchas de sangre en dos vehículos de la Policía secuestrados.
Si bien el primer test arrojó que se trata de sangre, los investigadores tratan de ser precavidos ya que habrá que confirmarlo y, si es así, determinar de qué tipo y compararla con muestras de ADN.
La investigación del joven, que se encuentra desaparecido desde el 30 de abril cuando dejó su casa en Pedro Luro rumbo a Bahía Blanca en plena cuarentena, lleva más de 70 días sin resultados aunque apunta a la policía; además, la familia del joven cree que se trata de una desaparición forzada de persona.
En manos de las fuerzas federales, la causa tuvo varios avances, entre ellos, el secuestro de dos móviles policiales y el auto particular de una policía.
Los rastros de sangre fueron detectados sobre el volante, la parte interna de la puerta del conductor, la tapa de la guantera, el asiento trasero izquierdo y en la caja de una camioneta Toyota Hilux, el patrullero utilizado por el agente Alberto González de Teniente Origone. Según declaró el policía, encontró a Facundo en la Ruta 3 tras el llamado de un vecino y dijo que le sacó una foto al registro del joven y lo dejó seguir. Según agregó, lo vio subir en una Renault Duster Oroch de color gris oscuro.
En el Chevrolet Corsa Classic, del padre de Cristina Castro, una oficial que no estaba de servicio pero que divisó a Facundo a unos 7 kilómetros de Mayor Buratovich haciendo dedo y aceptó llevarlo hasta Origone, también se encontraron manchas en el baúl y en la tapa de la guantera Según su testimonio, Astudillo le dijo que “no le dijera nada” a su mamá.
El tercer vehículo secuestrado es la Hilux que se ve en la última foto que le tomaron a Facundo y que es utilizada por agentes de Mayor Buratovich, la localidad donde se pierde el rastro. Su color, azul y verde, no es el mismo de la camioneta a la que vieron subir tres testigos considerados claves: blanca y negra.
El hallazgo ocurre cuando se dan a conocer algunos indicios que apuntan a la llegada del joven de 22 años a Bahía Blanca: el testimonio de una mujer que dijo trasladarlo hasta la entrada de la ciudad y dos antenas que habrían detectado la presencia del celular de Facundo en la zona. Todo es materia de análisis.