La mujer de 43 años se hizo pasar por una adolescente, engañó al chico y le envió fotos y videos con contenidos eróticos. La condena fue de un año de prisión en suspenso.
Una mujer fue condenada a un año en prisión en suspenso y tareas comunitarias por grooming, tras comprobar que se hizo pasar por una adolescente a través de un videojuego online, se contactó con un chico de 15 años y le envió y pidió fotos y videos con contenidos sexuales y eróticos.
El caso se inició en febrero de 2021 a partir de la denuncia del padre del adolescente, quien contó que una persona desconocida había contactado a su hijo a través de la plataforma virtual Brawl Stars, y que siguió el diálogo por la red social Instagram, desde donde le envió frases e imágenes de índole sexual, hasta gestionar una invitación para concretar un encuentro.
A través de un juicio abreviado, la mujer fue condenada a un año de prisión en suspenso y el cumplimiento de determinadas normas de conducta por el término dos años, que incluyen la abstención de contacto con el adolescente, realización de tareas comunitarias y de un taller de violencia intrafamiliar y de género, entre otras.
En diálogo con TN, la fiscal del caso,Daniela Dupuy, explicó que “de acuerdo a la circunstancia del caso, que la mujer no tenia antecedente, se la condenó a un año en suspenso y deberá asistir a un programa de asistencia”.
Fuentes del caso explicaron que la conducta de la acusada se enmarca dentro del delito de grooming (ciberacoso sexual infantil) que consiste en el contacto a través de medios informáticos de un adulto a un niño o adolescente, con el propósito de cometer algún delito contra su integridad sexual. Dupuy, reconoció que “es raro ver este delito con mujeres”, ya que en la totalidad de los casos de grooming en los que había intervenido los autores del delito eran hombres.
Qué dijo la acusada
Cuando lograron identificarla, la mujer fue citada ante la Justicia, donde reconoció los hechos y se mostró “bastante avergonzada” por lo ocurrido.
Los abusos registrados en esas imágenes, según lo que se pudo constatar, no habían sido divulgados ni comercializados, lo que hubiera agravado la acusación a corrupción de menores, o incluso a abuso sexual infantil si hubieran concretado el encuentro.
El fallo judicial tampoco solicitó explícitamente la intervención de servicios de niñez para el control de la situación de los chicos que tenía bajo su cuidado. Pero la acusada deberá presentarse cada 15 días en la fiscalía para controlar que cumpla con su condena. También para asegurarse que no esté involucrada en nuevos delitos o que no realice tareas vinculadas al contacto con niños.
Prevención
El Ministerio de Educación de la Nación tiene una línea para denuncias de grooming. Se trata del 137 y pueden realizarse consultas desde cualquier lugar del país.
Desde la fiscalía a cargo de Daniel Dupuy informaron un crecimiento del 20 o 30%, desde el inicio de la pandemia de coronavirus en Argentina, en casos de grooming.
En la Ciudad de Buenos Aires, sí hay una especializada en delitos informáticos que, ante la consultad de este diario, propone herramientas de prevención para los papás y las docentes que puedan advertir cualquier contacto en casos de grooming:
* Prestar atención a cambios de carácter en los niños y las niñas, a sus estados de ánimo porque pueden deberse a signos de que pueden estar siendo acosados y por miedo, vergüenza o porque están bajo amenaza, sienten que no lo pueden decir.
* Informar a los niños la existencia de estos riesgos sin prohibiciones. Alertar sobre todo lo que tiene que ver con el contacto y la aceptación de personas desconocidas.
* Si se advierte que los niños pueden estar siendo víctimas del delito de grooming y se verifican conversaciones o chats abusivos, es importante no borrar ni bloquear nada antes de dar intervención a los departamentos de ciberdelitos, a la policía o una fiscalía.
* Es importante que los padres o adultos no se hagan pasar por niños para concretar encuentros o continuar con las conversaciones porque podría perjudicar la investigación y la posibilidad de conseguir una condena.