El exgobernador se limitó a hacer un descargo diciendo que era inocente y culpó a sus opositores políticos en la provincia. No aceptó preguntas. Se lo vio frío y calculador. | Por Lorena Maciel para TN
Con la misma impunidad con la que en el 2013 se fotografió en Medio Oriente arriba de un camello, mientras la provincia que gobernaba (Tucumán) se hundía en el hambre y la pobreza, José Alperovich se presentó ante la justicia para defenderse de la acusación por violación a su sobrina y asesora, ocurrida entre 2017 y 2019.
Con pocos pelos en la lengua y el ceño siempre fruncido, el ex hombre fuerte de Tucumán argumentó que la causa era un “armado” para desprestigiarlo políticamente.
La citación de la Justicia le llegó al ex gobernador luego del tercer pedido realizado por los fiscales Santiago Vismara, titular de la fiscalía Criminal y Correccional 10 de la Capital Federal y por Mariela Labozzetta, a cargo de la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM).
La audiencia duró poco más de una hora. Llamó la atención entre los presentes que en ningún momento se vio a un hombre angustiado y preocupado por probar su inocencia de semejantes delitos. Al contrario, se lo vio frío y calculador.
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Alperovich se limitó a hacer un descargo diciendo que era inocente y culpó a sus opositores políticos en la provincia, que supuestamente habrían utilizado a su sobrina para inventarles una denuncia de violación. No aceptó preguntas. Tampoco quiso mirar cara a cara a los funcionarios judiciales. Lo hizo virtualmente a través de la plataforma Zoom.
Para los fiscales, los argumentos de José Alperovich “no tienen pies ni cabeza”
Sobraron años para probar su responsabilidad en los hechos de abuso sexual, ocurridos durante su campaña política entre el 2017 y el 2019. Su sobrina, que sigue con asistencia psicológica, relató con lujo de detalles cada situación donde hubo abuso sexual. A la vez, dio con precisión revisiones de fechas, lugares y personas presentes. Todo esto ya está probado en la investigación por los fiscales.
Lo de la joven abusada era un secreto a voces en el entorno Alperovich y en gran parte del ambiente político y dirigencial de la provincia de Tucumán. Pero como suele ocurrir en los feudos, todo quedó tapado en un manto de silencio y el caudillo pensó que su impunidad sería ilimitada.
Ahora le tocó el turno frente a los estrados judiciales. Alperovich deberá enfrentar los duros cargos ante la justicia. El Juez tiene diez días para resolver su situación procesal.
La belleza del Jardín de la República contrasta con el ostracismo de una provincia que todavía no aprendió a manejarse con los derechos democráticos de todos los ciudadanos.