El exministro de Planificación Federal negó que existiera un delito en el juicio que se le sigue. El martes tendrá su turno Cristina Kirchner y antes de fin de año se dará a conocer la sentencia en donde se pidieron 12 años de prisión.
En el juicio por las presuntas irregularidades en el otorgamiento de la Obra Pública, los acusados comenzaron a pronunciar sus últimas palabras. Los primeros fueron el empresario Lázaro Báez, quien fue breve y agradeció a su defensa, y el ex ministro de Planificiación Julio De Vido, que aseguró que «no hubo direccionamiento de obras».
Báez utilizó menos de un minuto para exponer, en donde agradeció a su defensa a cargo del abogado Juan Villanueva «que se ha expresado con claridad a lo largo de todo lo que ha sido este tiempo en el que estuvimos privados de la libertad». Además, valoró que su abogado «ha sido muy claro a lo largo de todo el proceso» y que gracias a ello «se expuso la verdad y la realidad». Hizo extensiva su valoración al resto de las defensas. El empresario acusado por corrupción tiene sobre sí un pedido de condena a 12 años de prisión por parte del Ministerio Público Fiscal, representado por los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola. Ambos representantes estuvieron presentes en la audiencia.
Después de Báez, llegó el turno de De Vido, el que hizo una exposición más extensa en la que recordó que es la tercera vez que participa de las últimas palabras de un juicio, repasó los procesos anteriores, defendió su gestión y le habló al Tribunal. «Tienen una tarea difícil: deben elegir entre una condena inmoral o el Estado de Derecho», dijo.
Además expresó que «es la tercera vez que para imputarme utilizan informes mediáticos y marketineros» y afirmó: «No hubo direccionamiento de la Obra Pública. Todas y cada una de las obras se definieron y planificaron en el marco del consejo federal de planificación, integrado por todas y cada una de las provincias, cubriendo las asimetrías del país».
Por último, el exministro de Planificación Federal durante los gobiernos kirchneristas cerró su exposición dirigiéndose directamente a los jueces del Tribunal Andrés Gorini, Rodrígo Giménez Uriburu y Andrés Basso. Además calificó negativamente las acusaciones. «Siempre han sido insostenibles, injustas», concluyó.