No te quiero cargar hablando de política, pero sí de la ilusión, porque cuando uno va a votar pone en juego algo de la ilusión, en cualquier tipo de votación.
Tenemos un porcentaje cada vez más grande de personas que no van a votar, hay un ausentismo en las 17 elecciones provinciales. Más de 5 millones de personas que no fueron a votar y se trata de desilusionados que pueden traccionar una votación.
El que ya no va a votar ya no está más ni enojado, es que está desencantado. Es como cuando uno está un poco deprimido que ya no queremos decir nada. Pero ponerse en ese lugar es como ponerse en el lugar de la comodidad. Yo entiendo que la mayoría no se sienta representado con los políticos que hay, pero ¿qué opción hay? Si no vas a votar, ¿cuál es la otra opción?
La votación es primero que nada, es el festejo de una democracia que se va consolidando en nuestro país, y también representa una posibilidad de cambio.