El abogado, Gregorio Dalbón, considera que “plantaron” un arma de juguete en el auto en el que iban la víctima y sus amigos para justificar el tiroteo previo. Ayer los agentes negaron haber sido parte de una trama para encubrir el asesinato.
La familia de Lucas González, el joven de 17 años asesinado de un balazo por la Policía de la Ciudad en Barracas, pidió el procesamiento de los seis efectivos de esa fuerza detenidos e imputados del encubrimiento del crimen por considerar que procuraron “asegurar” la escena del hecho para brindar “cobertura” a una “actuación ilegal”.
“A criterio de esta querella, surge sin lugar a hesitaciones que las versiones desplegadas por los imputados resultan diametralmente opuestas a lo acontecido en realidad, todo lo cual se cae como un castillo de naipes a tan sólo observar con detenimiento las declaraciones obrantes en el sumario”, explicó el abogado querellante, Gregorio Dalbón, en su escrito al juez de la causa, Martín Del Viso.
El pedido recayó sobre los policías Juan Romero, Fabián Alberto Du Santos, Roberto Inca, Héctor Cuevas, Lorena Miño y Micaela Fariña, por los delitos de “privación ilegítima de la libertad, ello agravado por abuso de sus funciones, sumado a la falsedad ideológica, encubrimiento agravado por la condición de funcionario público y por ser este delito precedente grave junto a la imposición de torturas, todos en concurso ideal”, según consignó Télam.
Ayer, los seis policías detenidos por encubrir negaron ante la Justicia haber sido parte de una trama para encubrir el asesinato cometido por otros tres uniformados.
Fabián Du Santos dijo que “nunca” tuvo contacto con los tres amigos de Lucas ni con éste en particular, que sólo se acercó a aquellos para preguntarles si necesitaban algo e interrogarlos sobre si habían sido golpeados por personal policial. Según declaró, tuvo a cargo el armado del perímetro sobre el lugar donde ocurrió el crimen del futbolista de 16 años, y hasta le permitió el acceso a Ricardo, el papá de uno de los chicos y lo acompañó para que pueda estar junto a su hijo y abrazarlo.
Por otro lado, Juan Romero aseguró que al momento en que mataron a Lucas en Barracas, él estaba en la localidad de Padua, a unos 40 kilómetros de distancia. “Cómo puedo causar tormentos físicos y psicológicos”, ironizó ante el juez y el fiscal. Además, aclaró que no hubo demora en dar aviso a la Justicia: sino que primero llamó a las 11 al Juzgado de Menores y como éste no aceptó inicialmente la competencia, llamó a Instrucción y luego al Fuero Contravencional.
Ahora, el juez Del Viso debe resolver la situación procesal de todos ellos y mientras tanto hay un pedido fiscal para detener a otros ocho policías acusados de formar parte de la trama de encubrimiento, no sólo porque inicialmente se quiso plantar que Lucas murió producto de un enfrentamiento armado que no existió, sino porque dentro del vehículo en el que se trasladaba se descubrió que se colocó un arma para vincularla a la víctima.
Además, se investigan amenazas y privación ilegítima de la libertad de los tres amigos que iban con él, quienes estuvieron detenidos varias horas.