El presidente de Venezuela prometió medidas diplomáticas más crudas, y aseguró que ganó su reelección con más votos que Macri y Piñera. El presidente de Bolivia, Evo Morales, será el único mandatario en asistir.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, asume este jueves un nuevo mandato entre amenazas y advertencias contra el grupo de países que anunciaron que no lo reconocerán, entre ellos Argentina.
Maduro lanzó en estas horas un ultimátum de 48 horas para que las 13 naciones del Grupo de Lima rectifiquen el pronunciamiento del 3 de enero que calificó de ilegítimo su gobierno, Esos países reclamaron que se abstenga de asumir y que el Congreso llame a elecciones.
Maduro amenazó con “medidas diplomáticas y recíprocas más crudas” sugiriendo una ruptura masiva de relaciones. Ya su cancillería había dispuesto que las naciones que no reconozcan al gobierno deberán levantar sus embajadas. Sólo México se apartó de firmar esa declaración y Uruguay, que no integra el Grupo de Lima, anunció que dispondrá que su encargado de negocios participe en la ceremonia de asunción.
El jefe de Estado bolivariano defendió su derecho a otro mandato presumiendo que ganó las elecciones del año pasado “con más votos” que Mauricio Macri, a quien llamó “el destructor de Argentina” y el chileno Sebastián Piñera.
Esos comicios fueron acusados de manipulación de los votos, y la proscripción o arresto de los principales líderes opositores.
Maduro culpó a Estados Unidos por los cuestionamientos y dijo que “el imperio norteamericano pretende repetir algo parecido al carmonazo (por el empresario Pedro Carmona) del 11 de abril de 2002” cuando derrocaron a Chávez por 48 horas.
El acto de jura de Maduro viola su propia Constitución al hacerlo ante la Corte Suprema, un poder bajo el ala el Ejecutivo. La Carta Magna obliga a hacerlo frente al Congreso o Asamblea Nacional, pero como está bajo control de la oposición desde diciembre de 2015, el gobierno chavista lo declaró ilegítimo.
Las sospechas sobre la elección de mayo -que ganó Maduro con 67,7% de los votos pero con una abstención de casi 70%-, se suman a la manipulación flagrante en los comicios de julio de 2017 para elegir una Asamblea Constituyente.