Se filtró una carta escrito por la misma joven antes de entregarse. Ahí recuerda la violencia de género a la que era sometida por Fernando Pastirzzo. La estudiante de abogacía fue condenada a cadena perpetua, una pena de 35 años.
A pocos días de que se realice la primera instancia revisora del fallo que condenó a Nahir Galarza a la pena de prisión perpetua (35 años) por el crimen de su exnovio Fernando Pastorizzo en Gualeguaychú se filtró una carta escrito por la misma joven el día de su detención.
En el texto que no fue presentado en el juicio, Nahir cuenta cómo fueron las últimas horas que pasó junto a Fernando y la violencia de género a la que era sometida por su exnovio. Así, la defensa buscará reducirle la pena la pena por considerar que el crimen fue el resultado de la violencia.
“El manuscrito es real y de puño y letra de Nahir. Fue escrito por ella, contando sus vivencias durante las horas del trágico suceso, y lo hizo durante los minutos previos a entregarse en la fiscalía”, aseguró Jorge Zonzini, exvocero de los Galarza. “Lamentablemente por una contraorden a la que ella no supo cómo negarse, luego, ante el fiscal solo reconoció el hecho y entregó el arma de su padre sin mencionar el contenido del manuscrito”, señaló.
Nahir cuenta que esa noche desbloqueó del WhatsApp a su ex para pedirle que le devolviera el cargador de su celular. “Cuando llegué, golpeé la puerta y agresivamente comenzó a preguntarme por qué no le atendía las llamadas”, relató la joven, que además aseguró que la víctima no dejaba de insultarla a los gritos y que, para no empeorar las cosas, accedió a que la llevara a su casa.
Cuando se dirigían hacia la casa de la culpable, cuenta que Pastorizzo se había “calmado” y por eso lo dejó entrar a su casa. Pero, al pasar por la cocina, “él agarró la pistola de mi papá que estaba visiblemente arriba de la heladera”; después tuvieron relaciones sexuales, pero que entonces él empezó a insultarla y reprocharle por los otros chicos con los que salía y volvieron a discutir.
Sobre el final del texto, la estudiante de abogacía habla de lo “muy rápido” que fueron los hechos: “Él frenó de golpe y se me salió el disparo”, “Ni pensé si estaba cargada o no”, “Me sorprendió el segundo disparo”, “Lo primero que se me cruzó por la cabeza fue mi papá, era su arma y yo no sabía qué hacer”.
Fernando murió ese 29 de diciembre de 2017 y ella, en julio del año pasado, fue condenada a cadena perpetua, una pena de 35 años, por el homicidio.
puede ser que la justicia no haya tenido en cuenta que el hombre la violentaba»»’