Así lo ordenó la Justicia quien consideró que el agente “no tuvo intención de matar”. La víctima de 40 años, había interrumpido el tránsito, armado con un cuchillo, y murió al golpear su cabeza en el asfalto tras la patada.
La Justicia consideró que el agente de la Policía de la Ciudad que pateó a un hombre en agosto del año pasado en el barrio de San Cristóbal, y causó su muerte, no tuvo intención de matar. Por lo tanto, pidió que el hombre sea juzgado por el delito de “homicidio preterintencional”.
En caso de ser condenado, el agente Esteban Armando Ramírez (42) recibirá una pena de entre 3 y 6 años de prisión. Por su parte, el abogado Ignacio Trimarco, representante de la familia del fallecido Jorge Martín Gómez pidió a la jueza de Instrucción Yamile Bernan que el hecho sea encuadrado como un “homicidio con dolo eventual, agravado por ser un miembro de las fuerzas de seguridad”, por el cual Ramírez podría recibir prisión perpetua.
La Sala VII de la Cámara del Crimen había confirmado el procesamiento sin prisión preventiva del imputado por el mismo delito que ahora requirió la fiscal para que sea juzgado en un juicio oral.
La fiscal Yacobucci valoró dos testimonios que dieron cuenta del “evidente estado de ebriedad que poseía Gómez, con su andar lento y bamboleante, el habla y la coordinación afectada, que implica que la fuerza empleada para lograr reducirlo no resultaba necesaria”.
El caso
Ocurrió el 20 de agosto en el barrio porteño de San Cristóbal cuando Gómez interrumpió el tránsito armado con un cuchillo, situación que fue denunciada al 911 por una pasajera de un colectivo.
Según se vio en el video que captó la secuencia, minutos después de esta situación llegaron dos policías en moto, quienes se acercaron a la víctima quien ocultaba sus manos en la espalda.
Al ver que no cambiaba su actitud y que avanzaba, el agente Ramírez le lanzó una patada al pecho, a raíz de la cual el sospechoso cayó derribado hacia atrás, golpeó su cabeza en el asfalto y, según la autopsia, murió a raíz de ese golpe que le causó un traumatismo craneoencefálico.
El policía había declarado que en un momento de distracción decidió golpearlo con una patada en el abdomen para que “pierda el aire y al doblarse poder reducirlo”.
Pero que, contrariamente a lo que esperaba, cayó pesadamente de espaldas y que luego de la caída no le pareció que estuviere malherido ya que no tenía sangre, ni síntomas de que se ahogase.