Fueron denunciados por coleccionistas que sospecharon del origen de lo que compraban. Las monedas robadas pertenecían a una colección que había sido comprada en Europa durante la presidencia de Bernardino Rivadavia, entre 1826 y 1827.
Fueron denunciados por coleccionistas que sospecharon del origen de lo que compraban. Las monedas robadas pertenecían a una colección que había sido comprada en Europa durante la presidencia de Bernardino Rivadavia, entre 1826 y 1827.