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Tras la feria judicial de julio, empieza el juicio por el crimen de Nora Dalmasso

El viudo está acusado de contratar un sicario para matar a su mujer mientras él jugaba al golf en Punta del Este. Marcelo Macarrón deberá enfrentar una docena de jurados populares.


Tras la feria judicial de julio, arrancará el juicio por el crimen de Nora Dalmasso, ocurrido en Río Cuarto en 2006. El viudo está acusado de haber contratado a sicarios para matar a su mujer mientras él jugaba al golf en Punta del Este.

El traumatólogo Marcelo Macarrón llega imputado por el delito de “homicidio por promesa remunerativa agravado por el vínculo”.

“La idea es poder hacer este juicio alrededor de la segunda mitad de este año, dadas las cuestiones que hay que tener en cuenta para realizar un juicio de estas características”, dijo Gonzalo Romero, encargado de la oficina de Jurados Populares del Tribunal Superior de Justicia cordobés este lunes.

Macarrón deberá enfrentar a una docena de jurados populares ante el triunvirato de la Cámara Primera del Crimen de Río Cuarto, integrado por Daniel Vaudagna, Natasha García y Virginia Emma, aunque esta última jueza está en duda porque ya empezó el trámite de la jubilación. El fiscal del caso será Julio Rivero.

Así, tras poco más de 14 años de impunidad, el caso Dalmasso entra en uno de los capítulos más definitorios. Luego de que los investigadores siguieran las pistas de un crimen durante un juego sexual, un abuso sexual seguido de muerte, un femicidio, ahora lo tiene al viudo en el banquillo: lo acusan de un asesinato por encargo.

El caso

Aquel 26 de noviembre de 2006, mientras Macarrón jugaba un torneo de golf con amigos en Punta del Este, Nora Dalmasso era asesinada en su casa del country Villa Golf de Río Cuarto.

La mujer estaba sola: su marido se había ido a Uruguay, su hija Valentina, la mayor y que hoy es nutricionista, estaba en Estados Unidos por un intercambio estudiantil: y el hijo menor, Facundo, estudiaba Abogacía en la ciudad de Córdoba.

El cuerpo semidesnudo de Nora fue encontrado sobre la cama de su hija Valentina y tenía un cinturón de tela de toalla que le rodeaba el cuello. La autopsia confirmaría que había sido asfixiada por estrangulamiento entre las 4 y las 10 de ese 26 de noviembre.

No le habían robado nada: en una de sus muñecas, tenía puesto su reloj Rolex, la billetera con dinero y tarjetas estaba intacta y solo faltaba uno de sus dos celulares.

El expediente tuvo varios imputados que luego fueron sobreseídos, como el por entonces asesor de Gobierno provincial Rafael Magnasco y el “perejil”, el pintor Gastón Zárate. También Facundo Macarrón.

Al hijo de Nora lo acusaron por un ADN incompleto que descifró el FBI y que le valió una causa por «abuso sexual gravemente ultrajante y homicidio agravado por el vínculo».

Hace dos años, Facundo habló sobre una «persecución penal» contra su familia. «El foco de la Justicia estuvo siempre en agarrar a la familia de cualquier manera», dijo. Ya por entonces la mira estaba puesta en su padre.

El viudo, por caso, fue sospechoso desde el inicio hasta que, finalmente, fue imputado por como autor intelectual del crimen y ahora llega a juicio.