La Justicia sumó la perspectiva de género y cuestionó la subordinación a la que se somete a la mujer.
Como un fallo novedoso, la Cámara Civil confirmó un fallo que ordena a un hombre pagar $8 millones a su exesposa, una licenciada en economía que durante casi 30 años ella se dedicó a las tareas del hogar.
La pareja de estuvo casa desde 1982 hasta 2009 y vivieron en Comodoro Rivadavia y luego en el barrio porteño de Palermo. Tenían un proyecto familiar sobre la base de la división tradicional de roles: mientras el hombre trabajaba, la mujer se dedicaba a la crianza de los hijos y a las tareas domésticas.
El divorcio, que se decretó en 2011 le puso fin al proyecto familiar en común y también se rompió el equilibrio. La mujer (identificada como M. L. y actualmente de 70 años) atravesó dificultades económicas, mientras que el hombre “tuvo un buen pasar”.
La decisión de la jueza Victoria Famá, del Juzgado Nacional en lo Civil N° 92, tuvo una perspectiva de género, según el fallo, “la dependencia económica de las esposas frente a sus maridos es uno de los mecanismos centrales mediante los cuales se subordina a las mujeres en la sociedad. (…) En la mayoría de las familias las mujeres todavía asumen principalmente la carga de las tareas domésticas y el cuidado de los hijos, aun cuando desempeñan alguna actividad externa”.
La edad de la mujer fue otro factor que se tuvo en cuenta: “Luego de 27 años de matrimonio el accionado la abandonó cumplidos sus 60 años, edad en la que las mujeres obtienen el beneficio jubilatorio, viéndose privada de ingresar al mercado laboral”.
Para calcular el valor numérico, la Cámara Civil consideró “las circunstancias personales y situación patrimonial de las partes” y además, tuvo en cuenta que M. L. es una profesional que resignó su desarrollo para ocuparse de los quehaceres hogareños, y se detalla que el valor no sería el mismo si la persona no tuviera formación o no hubiera abandonado su empleo para cumplir esas tareas.