Se trata de Muhammad Nur Al-Din Nuer Al-Din, de 24 años al momento del atentado. La agencia de inteligencia reportó cinco conclusiones sobre lo ocurrido en Buenos Aires el 17 de marzo de 1992.
En las últimas horas se dió a conocer una publicación del New York Times en el que revelaron información del Mossad, la agencia de inteligencia israelí, sobre los atentados perpetrados en la Embajada de Israel y la sede de la Amia.
La publicación periodística explica que ambos «fueron llevados a cabo por una unidad secreta de Hezbolá», que no contó con colaboración de «ciudadanos argentinos ni asistidos en el terreno por Irán».
Apenas dos días después, el director del Centro Nacional de Diplomacia Pública de Israel, Lior Haiat, confirmó la autenticidad del informe del Mossad difundido por The New York Times pero ratificó que Irán «está detrás» de los ataques y que esos datos «ya los conocen los que están involucrados en la investigación».
En ese sentido, el funcionario dijo que «no hay ningún cambio; se publicó este informe pero no hay ningún cambio y son datos conocidos por los que están involucrados» en el caso.
Para que se pudieran perpetrar los atentados, fue fundamental la participación de un terrorista identificado como Hussein Suleiman Abu-Abbas. Este hombre fue el responsable de ingresar al país desde Beirut los detonadores.
Los explosivos los habría ingresado en una valija de manos en un vuelo comercial desde Beirut hasta la Argentina, mientras que para los iniciadores lo hizo vía Brasil y escondidos. A fines de 1991, según el mentado informe, el terrorista de Hezbollah viajó a Foz de Iguazú donde recibió los mentados detonadores.
En 2001, tras ser detenido en El Líbano, Suleiman Abu-Abbas confesó haber escondido los detonadores en el Parque Centenario, más precisamente cerca de una “piscina decorativa” y en una profundidad de medio metro.
Por último, también se puntualizó que su llegada al Parque Centenario fue en un taxi al que le indicó dónde iba con un papel y el destino escrito en español. El informe del Mossad precisa que estos detonadores habrían sido usados no sólo en el atentado a la Embajada de Israel en 1992, sino también en el de la sede de la AMIA en 1994.