Juan Carlos Canteros condenado por el delito de “homicidio calificado por el vínculo” de Rosa Agüero, quien murió por las quemaduras sufridas durante una discusión en su casa de la localidad bonaerense de Burzaco en diciembre de 2018. El expolicía cumplirá la condena en su casa.
La Justicia condenó a 12 años de prisión a un policía retirado por el femicidio de su esposa, quien en 2018 murió por las quemaduras que sufrió después de una discusión en su casa de Burzaco, pero no irá a la cárcel.
Juan Carlos Canteros fue declarado culpable por el delito de “homicidio calificado por el vínculo” en perjuicio de Rosa Agüero. Sin embargo, se argumentó que, mediando “circunstancias extraordinarias de atenuación”, no se aplicaría la prisión perpetua.
Según fuentes consultadas, durante el juicio se comprobó que la víctima era violenta con Canteros y que el vínculo entre ellos “estaba roto desde hacía tiempo”. Además, el expolicía no tenía ninguna denuncia por violencia con anterioridad al homicidio.
El Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Lomas de Zamora integrado por los jueces Nicolás Plo, Mariel Alegre y Fernando Ariel Bueno, en un fallo unánime, coincidió con la calificación legal que impulsó en su alegato la fiscal de juicio Marcela Dimundo, quien había pedido una condena de 13 años de cárcel.
En su exposición, la fiscal consideró como “circunstancias extraordinarias de atenuación” que la mujer “no fue víctima de violencia de género” y que mantenía “una contienda familiar” porque estaba distanciada de sus hijos y, al mismo tiempo, no quería que su esposo se relacionara con los niños.
Para la fiscalía hubo “dolo eventual”, no “directo”, por parte del policía retirado, quien al momento del hecho se encontraba alcoholizado y arrojó nafta alrededor de la mujer cuando ésta encendía velas porque se había cortado la luz en la casa de la calle 9 de Julio casi esquina Erezcano, en Burzaco, partido de Almirante Brown.
“Ella siempre iniciaba las discusiones y decía que iba a prender fuego la casa”, indicó el investigador consultado y agregó que los peritajes revelaron que Canteros era una persona “pasiva y dependiente”.
Durante el juicio, el ahora condenado no declaró, pero sí lo hicieron dos amigas de la víctima que confirmaron que no había violencia de género y se estableció que “el hombre quiso apagar el fuego con una manguera pero no había agua”.
Por su parte, Canteros, que trabajaba en una empresa de seguridad y estuvo preso poco tiempo en el pena de Olmos, llegó al juicio con un arresto domiciliario y a partir de ahora cumplirá la pena que le impuso el tribunal bajo esa modalidad, pero con una tobillera electrónica.
El hecho ocurrió el 2 de diciembre de 2018: tres días después Agüero murió en el hospital Churruca a raíz de las quemaduras sufridas.