El máximo tribunal decide el futuro judicial y político del líder de las encuestas para las elecciones presidenciales de este año.
El Supremo Tribunal de Brasil decidirá este miércoles si el ex presidente Luiz Inácio Lula Da Silva continúa en libertad o si se hace efectiva su condena a 12 años de prisión y un mes en el marco de la causa por corrupción política “Lava Jato”. Este fallo es clave ya que tendrá un enorme impacto en las próximas elecciones presidenciales a desarrollarse en octubre, en las que Lula es el principal candidato.
Tras ser condenado por recibir un apartamento de lujo de una constructora involucrada en el escándalo de sobornos de Petrobras, la defensa del ex mandatario presentó un recurso de “habeas corpus” para evitar su encarcelamiento hasta que el caso sea cerrado en todas las instancias judiciales.
Si este recurso es aceptado, Lula podrá continuar con la precampaña y alargar el proceso a dos instancias más tras esta segunda instancia: ante el Superior Tribunal de Justicia, la máxima corte del país para asuntos no constitucionales, y finalmente ante el propio Tribunal Supremo. Si es rechazado, lo arrestarían en breve.
Las encuestas brasileñas apuntan a que el ex presidente acumula un 36% de intención de voto y que es el favorito para ganar un tercer mandato en las elecciones del 7 de octubre. Su situación judicial podría general un estallido político en Brasil, de hecho, este martes miles de personas se manifestaron en las calles tanto en contra como a favor del líder popular, en un contexto de apoyo de las clases más pobres y de furia social por los diferentes episodios de corrupción que agitan al país desde hace años.
Lula se declara inocente en este proceso y en los otros 6 que enfrenta por otros delitos los que atribuye a una operación en su contra para evitar que vuelva al poder. Sin embargo, la Justicia insiste en su culpabilidad. Un tribunal de apelación confirmó en enero una condena de 2017 que dictaminó que Lula aceptó la reforma de un apartamento a cambio de favorecer a la constructora OAS en sus negocios con Petrobras.
Respecto a su candidatura, esta la deberá definir el Tribunal Superior Electoral (TSE) que deberá emitir un fallo formal – que no sucederá hasta agosto – habilitando al ex mandatario a presentarse en los comicios. Por el momento, la llamada ley de “Ficha limpia” se interpone con su aspiración presidencial ya que para ser candidato el Lula debe tener su “expediente limpio” y su condena se lo impide.