El próximo 30 de marzo se realizará la audiencia previa para un juicio oral por un caso de gatillo fácil.
A 26 años de la “Masacre de Wilde”, y en plena feria judicial, el tribunal oral número tres de Lomas de Zamora notificó que próximo 30 de marzo llevará a cabo la audiencia previa para un juicio oral por un caso de gatillo fácil.
En dicho episodio ocurrido en 1994, un grupo de policías mató a cuatro personas en la vía pública. La causa está para ir a juicio oral (el segundo, ya que el primero fue anulado por irregularidades en su tramitación) desde 2014, es decir 20 años después de los hechos.
En pleno receso judicial de enero, los jueces Marcelo Dellature, Claudio Fernández y Jorge Camino convocaron a querellantes, acusados y a la fiscal Viviana Simón a una audiencia para fines de marzo a las 10 para definir qué pruebas se utilizarán en el debate.
Si bien el juicio en sí todavía no tiene fecha, según el artículo 338 del Código Procesal bonaerense establece que una vez superada esta etapa “se fijará la audiencia en el plazo más breve posible” para celebrar el debate oral.
Los policías acusados son Cesar Córdoba, Carlos Saladino, Norberto Mantel, Osvaldo Lorenzón, Eduardo Gómez, Pablo Dudek, Marciano González, Julio Gatto, Hugo Reyes y Marcos Hugo Rodríguez.
La Masacre de Wilde
El 10 de enero de 1994, en la avenida Ramón Franco, de la localidad de Wilde, partido de Avellaneda, un grupo de unos diez policías inició una persecución de un auto “sospechoso”, que resultó ser un remis conducido por Norberto Corbo.
Con él viajaban Claudio Mendoza y Enrique Bielsa, quienes tenían antecedentes policiales, pero eran ajenos a los hechos que supuestamente investigaban los uniformados.
La escena terminó en una balacera en la que murieron los tres y en una supuesta confusión en la que los policías dispararon también contra otro auto similar, matando al librero Edgardo Cicutín, quien circunstancialmente pasaba por la zona.
El auto que conducía Corbo recibió más de 200 balazos; el cuerpo del remisero, 16.
Una pericia de Gendarmería Nacional determinó que el vehículo tenía 239 orificios de bala, todos de afuera hacia adentro.