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Espionaje ilegal: allanan la cárcel de Ezeiza

Buscan verificar si hubo un cableado para realizar las escuchas clandestinas a los detenidos ligadas al kirchnerismo que estaban detenidas en distintas causas de corrupción.

El juez federal de Lomas de Zamora Federico Villena está allanando la cárcel de Ezeiza, por la causa por supuesto espionaje ilegal durante el gobierno de Mauricio Macri, del cual fueron víctimas, entre otros, la vicepresidenta Cristina Kirchner.

El procedimiento se lleva a cabo en el módulo VI de la cárcel de Ezeiza, donde están detenidos varios exfuncionarios kirchneristas, a raíz de que se denunció que el espionaje también habría operado en esa área.

Buscan verificar si hubo un cableado para realizar las escuchas clandestinas a los detenidos ligadas al kirchnerismo que estaban detenidas en distintas causas de corrupción, como el exvicepresidente Amado Boudou, el hoy Procurador del Tesoro Carlos Zannini, el piquetero Luis D’Elía y los empresarios Lázaro Báez o Cristóbal López, entre otros.

En la causa ya se allanaron las oficinas de la Dirección de Análisis de Información del SPF, el sector de inteligencia al que se lo conoce como “Área 50” y se secuestró “mucha información”, detalló Infobae.

Cómo eran las escuchas en la cárcel de Ezeiza

para el juez Villena los objetivos eran dos. En el caso de los empresarios, la intención era presionar a los detenidos con datos obtenidos ilegalmente para obligarlos a vender o ceder sus empresas. Mientras que por el otro lado, “coaccionar a los exfuncionarios para que se arrepientan e involucren a la expresidenta en algún delito”.

Según detalló Página/12, la información surge de varios elementos secuestrados en la causa, entre otros encontrados en las computadoras de dos direcciones del Servicio Penitenciario Federal, la dirección de Inteligencia y la dirección de Seguridad. Se habla de un total de cinco terabytes, el volumen de información que suele haber en diez computadoras.

La versión indica que buena parte de las celdas de esos pabellones estaban “cableadas” aunque en los papeles judiciales se habla de “alambrados”. También se habla de que se habrían puesto micrófonos en la sala de reunión de los detenidos con los abogados y en el ámbito donde los internos recibían a sus familiares; también estaba intervenido el teléfono público.