La Fiscalía consideró que cada uno de los imputados cumplió un rol en el brutal asesinato y divide al crimen en dos partes secuenciales. Por un lado, ubica a los rugbiers que se encargaron de molerlo a palos hasta la muerte y por otro, ubica, y en igual responsabilidad, a quienes hicieron una barrera para impedir que los amigos de Fernando. Por Lorena Maciel.
Podemos empezar por la parte técnica: el pedido de elevación a juicio significa que terminó la etapa de investigación o de instrucción. Queda entendido entonces que en este caso, la fiscal Verónica Zamboni acumuló toda la prueba (testimoniales, grabaciones, audios, indagatorias, filmaciones, autopsia, pericias científicas, geográficas, GPS de celulares, etc) y requiere entonces al juez de Garantías David Mancinelli la elevación a juicio de los rugbiers acusados de matar a golpes en el cráneo a Fernando Báez Sosa, el 18 de enero de este año frente a la disco Le Brique de Villa Gesell.
Una vez que el juez recibe el pedido de elevación a juicio tiene 5 días para dar traslado al fiscal de Cámara o fiscal general, en este caso el doctor Diego Skoda, para que fije su postura en el plazo de 15 días. Si el fiscal está de acuerdo con las ocho imputaciones de autores del crimen planteadas en la primera instancia, se da traslado a la defensa y a la querella para que planteen sus posturas u objeciones.
Una vez terminado ese trámite la causa vuelve al juez Mancinelli que tiene 20 días hábiles para resolver el plazo de inicio de juicio oral, que se calcula no será antes de julio o agosto del 2021. Hasta aquí lo técnico. Pero en términos de lo que pasó con Fernando, ¿cómo fueron los hechos esa noche?, ¿Qué pasó según la fiscal en su última noche de vida?
Mirá también: Crimen Fernando Báez Sosa: los rugbiers pedirían un juicio por jurados
En un documento de 343 fojas la fiscalía sostiene que el crimen de Fernando no tiene nada de improvisado. Todo lo contrario, tuvo roles y división de tareas. Divide al crimen en dos partes secuenciales: por un lado, ubica a los rugbiers que se encargaron de molerlo a palos hasta la muerte. Estos son Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Blas Cinalli.
Por otro lado, ubica, y en igual responsabilidad, a quienes hicieron una barrera para impedir que los amigos de Fernando o la gente q estaba viendo la masacre impiadosa fueran a su auxilio. En estos roles ubica a Luciano Pertossi, Lucas Pertossi y Ayrton Viollaz.
¿Esto significa que hay unos más culpables que otros? No. Todo lo contrario. Los ocho rugbiers están acusados por igual delito que los dejaría en prisión de por vida: homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas. Este delito tiene una sola pena: prisión o reclusión perpetua.
La fiscal habla (en las 343 páginas de elevación a juicio) de una coautoría funcional donde cada uno de los acusados cumplió un rol clave y relevante para facilitar la muerte de Fernando. Sostiene además que no le dieron la capacidad de defenderse ni de ser defendido.
Fernando quedó solo de toda soledad. Quedó totalmente agónico. Con una cabeza abatida por la crueldad de patadas y puños llenos de odio. Una cabeza donde sólo quedaron hemorragias que lo llevaron a la muerte.