Las prisiones cuentan con saunas, gimnasios, completas bibliotecas y talleres que generan ingresos.
Las cárceles en argentina cada vez son más precarias, no sólo por su deterioro sino también por la superpoblación que no alcanza con el albergue de los delincuentes que se encuentran allí por diversos hechos delictivos.
Pareciera que así podría ser en todas partes del mundo. Sin embargo, en Finlandia se podría decir que la comparación es totalmente diferente. Los presos o, mejor dicho, “clientes”, así se denomina a los que purgan condenas de servicio a la comunidad (‘probations’), tiene otra vida allá.
Uno de los presos, cuenta en su celda con un televisor plasma, baño privado, un armario, mesa, sillas, tetera eléctrica, calefacción. A las 7 a. m. se levanta y hasta las 4:45 p. m. puede salir y entrar de su celda ya que tiene su propia llave.
Cherif Abdul Aziz Sy es senegalés y tiene 43 años y está allí por “un accidente. Un muerto”. En una reflexión sobre su detención consideró que “ahora soy mejor persona”. Sin embargo, por más que cuente con “lujos” que en Argentina se podría tener lejos de una celda, el senegalés detenido considera que “perder la libertad es terrible”.
Finlandia es el país europeo con menos presos por cada 100.000 habitantes (52) y, a la vez, con menos policías: hay 149 por cada 100.000 habitantes. Para establecer una comparación, Estados Unidos tiene 750 presos y 248 policías por cada 100.000 habitantes. Una curiosidad de Finlandia es que, con la menor proporción de policías de Europa, resuelve más del 90% de los delitos graves.
De las 26 cárceles que hay en el país, las dos terceras partes son de régimen cerrado. Hay otras abiertas, con libertades y confort, con casas espaciosas en medio de un parque. En ellas no hay cerraduras y los presos tienen celular, hacen compras en la ciudad y gozan de tres días de licencia cada dos meses. ¿Por qué no huyen? Porque los van a atrapar y eso implicaría purgar su pena en una prisión cerrada.
Los presos pueden recibir visitas íntimas de sus esposas o también familiares con sus hijos. Para eso hay apartamentos con cocina, juegos para niños y una habitación con cama matrimonial. Los que quieran fumar pueden hacerlo en sectores con extractores de humo. Hay cigarrillos a la venta, detalla un informe de La Nación.
Muchos presos trabajan en los talleres de la cárcel. Allí confeccionan las placas de todos los autos de Finlandia. Tienen además talleres de metal, en los que fabrican chimeneas, parrillas y calderas. Los presos están obligados a trabajar, estudiar o participar en algún programa cultural o para recuperarse del abuso de drogas.
También hay terapia psicológica. Lo producido por su trabajo les permite ahorrar para cuando salgan y comprar cosas en la proveeduría.
hay mucho hacinamiento la mayoria de los presos tienen entre 18 y 30 años