Un hombre que paseaba con su perro declaró que vio el accionar de los policías de la Ciudad y que pensó que se trataba de un robo. Además, vio cuando uno de ellos disparaba. Aportó un video que hizo con su celular después de escuchar los disparos.
En las declaraciones por el crimen de Lucas González en el barrio de Barracas, un hombre que paseaba a su perro cuando los jóvenes fueron interceptados por policías de la Ciudad contradijo la versión de los agentes y coincidió con la de las víctimas.
El testigo dijo a los que los efectivos nunca se identificaron, que pensó que se trataba de ladrones que iban a robarles a los chicos y que vio cuando uno de ellos disparó hacia el lado del acompañante del auto de las víctimas.
Además aportó una filmación que hizo con su propio celular 20 minutos después de escuchar los disparos, cuando se acercó a la escena y vio a dos de los amigos de Lucas detenidos y a los policías alrededor, detallaron los voceros a Télam.
Según relató, vio desde unos 60 o 70 metros el momento en el que tres personas (los policías) se bajaron de un auto con chalecos negros “sin ningún tipo de identificación”. Al ser consultado puntualmente sobre esas personas, el testigo aseguró que no escuchó que gritaran “alto policía”, ni sirenas, ni silbatos pero sí remarcó los disparos.
En base a lo reconstruido hasta el momento en la causa, ese policía sería el inspector Gabriel Isassi, detenido e imputado junto al oficial mayor Fabián López y el oficial José Nievas, todos pertenecientes a la Brigada de Investigaciones de la Comuna 4 de la Policía de la Ciudad, explicaron los informantes consultados.
Para saber de qué arma partió el proyectil que impactó en Lucas y le provocó la muerte, los fiscales aguardan para los próximos días los resultados de los peritajes balísticos y cotejos entre las armas calibre 9 milímetros secuestradas a los policías y un plomo extraído de la cabeza de la víctima.
Los funcionarios judiciales planean llevar a cabo una reconstrucción en el lugar del hecho, tal como pidieron los padres de los chicos a través de su abogado, Gregorio Dalbón.