el delito. ¿Qué distingue a la Policía Federal Argentina (en verdad, a todas las
policías del país) de muchas otras de distintos países? Simplemente, que
la PFA empieza a perder su calidad de custodia de la gobernabilidad, la
función básica de cualquier fuerza policial.
Esta es una policía cada vez más débil (no menos peligrosa, más bien lo
contrario) y no por presupuesto escaso, o falta de equipos o de
personal. Tampoco por la ausencia de leyes de «mano dura» o de
facilidades para burlar esas mismas leyes, como lo dejan ver los
centenares de casos de gatillo fácil.
Esta policía parece haberse debilitado a sí misma. Se ha corroído
internamente enredada en el entretejido de sus nexos con el delito, con
un mundo penumbroso del cual, en buena medida, ha llegado a formar
parte.
Esta policía parece haberse salido de cauce, haber escapado, en cuanto
corporación, al control político de los gobernantes. He ahí,
básicamente, la sustancia de la «sensación de inseguridad».
Este libro, además de situar el problema en su contexto histórico y
social, recorre diez años de casos emblemáticos #y de otros no tan
conocidos# que develan una trama institucional de vinculaciones entre la
Policía Federal y el crimen organizado.