Son 31 comunicaciones detectadas en un entrecruzamiento entre por la entonces presidenta y el exsecretario de Seguridad. Analizarán si se trataba de un operativo de encubrimiento.
Las llamadas entre el ex secretario de Seguridad Sergio Berni y la ex presidenta Cristina Kirchner luego de que hallaran muerto al fiscal Alberto Nisman fueron 31 en total.
Empezaron el lunes 19 de enero de 2015 pasada la medianoche (dos horas y media después de que hallaran muerto al fiscal en su departamento de Puerto Madero) y terminaron a las 16.07.
La comunicación fue intensa y duró más de 15 horas, según determina un resultado de cruces telefónicos a los que accedió Clarín y detalló Héctor Gambini.
Durante su declaración, Berni dijo haber llamado dos veces a Cristina Kirchner esa madrugada. Sin embargo, según el resultado de cruces telefónicos, cinco de esas primeras comunicaciones suceden en dos horas y directamente desde Puerto Madero.
Berni nunca dijo que llamó a la Presidenta 11 veces más, ni que ella lo llamó a él 18 veces. De hecho, habló con CFK durante toda la madrugada. Para las 6:30 de ese lunes, ya se habían comunicado 12 veces.
Sin embargo, en su primera aparición pública después de la muerte del fiscal, la por entonces jefa de Estado asegura haberse enterado por la ministra Cecilia Rodríguez y nunca nombra a Berni.
Berni omitió en su declaración ante la fiscal Fein, en febrero de 2015, todas las llamadas y mensajes (a la tarde fueron 19 más), a pesar de que en aquel momento le pidieron expresamente que detallara la cantidad de comunicaciones que había tenido con la presidenta.
Lo que se trata de determinar ahora es qué órdenes recibió Berni y qué ordenó a quienes actuaban allí mismo. El ex jefe de la Federal, Román Di Santo, que estuvo en la escena del crimen aquella madrugada y era el jefe máximo de los custodios de Nisman, nunca declaró en la causa.
Los cruces telefónicos son la esperanza mayor para desentrañar cómo pudo organizarse lo que para la justicia fue un asesinato.
En ese mismo trabajo surgió el año pasado que no fue Nisman quien había contactado a Lagomarsino el sábado en que el asistente informático dijo llevarle el arma sino al revés, lo que significa que si había un plan para matarlo pudo ponerse en marcha en ese instante. Lagomarsino está procesado por partícipe necesario de homicidio.
Los últimos cruces de llamadas se analizan en una fiscalía especial que dirige Eduardo Taiano fuera de Comodoro Py. Está en el microcentro porteño, a pasos de la Agencia Federal de Inteligencia. Aún se estudian cientos de llamadas cruzadas entre miembros de la ex Side y el ex jefe del Ejército César Milani.