Los estudios complementarios de la autopsia de la periodista y legisladora revelaron lo ocurrido en los 20 minutos fatales de la endoscopía y cómo se intentó salvarla.
A más de dos meses de la muerte de Débora Pérez Volpin, los estudios complementarios de la autopsia revelaron qué pasó en esos 50 minutos que transcurrieron entre el ingreso al quirófano y el fallecimiento de la periodista y legisladora porteña.
El informe, revelado por Clarín, cuenta con una “secuencia fáctica de los hechos” durante la video endoscopía digestiva alta (VEDA) que se hizo Pérez Volpin.
“17:20 horas se da inicio al procedimiento instrumental endoscópico. Tiempo en el que se produce una solución de continuidad por efracción de la mucosa esofágica (cara anterior a 4,5 cm. por debajo de la orquilla epiglótica). Pasaje de gas al mediastino con neumomediastino, neumopericardio y neumotórax bilateral”.
Esto significa que se produjo una lastimadura en la superficie del esófago que hizo que el gas ingresara al corazón y al mediastino.
“Le sigue la infiltración gaseosa por barotrauma de planos musculares y subcutáneos de tórax. Se produce una desaturación de 99% a 90% advertida por la anestesióloga. Efisema subcutáneo ascendente de tórax, cuello y cara. Aumento de presión de la vía digestiva que produce efracciones múltiples de la mucosa gástrica por distensión, pasaje de gas a la cavidad conformando un neumoperitoneo”.
Acá se describe el trauma generado por la presión del gas.
“En ese tiempo se produce la infiltración hemorrágica del epiplón menor. Líquido serohemático libre en cavidad peritoneal (200 ml.) por pasaje desde el estómago lesionado, siguiendo la vía de pasaje que lo hiciera el gas. Evolución al paro cardiorrespiratorio a las 17:25 horas. Se inicia RCP, aumentando la presión en el tracto digestivo, sin respuesta a maniobras básicas y avanzadas. Se constata el fallecimiento a las 18:15 hs.”
Tras los detalles de la muerte de Pérez Volpin, se enumeraron los intentos por salvarla:
“Se inician maniobras de reanimación avanzadas que incluyeron drogas vasoactivas (adrenalina y atropina, dexametasona 8 mg) ventilación con máscara facial con oxígeno al 100% y masaje cardíaco. Se da de inmediato la alarma al equipo de cardiología y UTI, quienes colaboran en la reanimación”.
“Se decide realizar intubación orotraqueal, que no resulta factible por alteración de la anatomía, colocándose una máscara laríngea, obteniéndose adecuada ventilación y recuperación de la oximetría (99%). Se mantiene las maniobras de reanimación avanzadas, sin lograr recuperación de ritmo cardíaco (se mantuvo en asistolia durante toda la reanimación), hasta las 18:15 hs. momento en que se decide suspender las maniobras, constatándose óbito”.
El informe revela además que las chances de sufrir una perforación en el esófago en estos procedimientos son muy bajas: “El riesgo de perforación que se ha publicado en la última década con endoscopia flexible es del 0,006% al 0,06%”.
Cuando sucede, sin embargo, puede ser fatal: “Las perforaciones esofágicas han sido reconocidas desde hace mucho tiempo como la causal de altas tasas de morbilidad y mortalidad”, sostiene el estudio.